5 consejos para hablar de sexo con tu hija adolescente

Hablar de sexo a los hijos adolescentes no es fácil pero es necesario, por ello aquí te dejamos algunos consejos que puedes poner en práctica para enfrentar esa esperada conversación

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elsalvador.com

Por Adriana Acosta Bujan, Deseret News

2015-10-27 8:00:00

Uno de los temas que más preocupan a los padres que tienen hijos por entrar en la adolescencia, es la famosa plática sobre el sexo. Es importante identificar el momento el cual tendrás que platicar con tus hijos, pues el colegio, los amigos y la Internet pueden generar muchas dudas y —sobre todo— confusiones.

Y ello puede ser un motivo de arrepentimiento de los padres hacia las acciones de sus hijos, trayendo consigo consecuencias en la vida. Esas pláticas comienzan desde la niñez, con las miles de dudas que por naturaleza los niños pequeños tienen, pero llegada la pubertad y la madurez, se da esta charla que es el punto culminante de todas las charlas anteriores sobre el tema.

Hay familias en donde el papá habla con los hijos y la mamá con las hijas. Desde mi perspectiva, es importante que tengas esta charla acompañada de tu pareja, y ambos deben establecer un ambiente de confianza, amor y respeto, a fin de que este encuentro pueda ser una guía en donde les des a tus hijos las herramientas para que ellos tomen las mejores decisiones.

Por ello aquí te doy algunos consejos para que esa plática pueda ser una mejor guía.

1. Prepárate

 

Antes de esta charla o entrevista con tu hijo, tú y tu pareja deben poner en claro el mensaje que le quieren transmitir. Por ser un tema en el cual no nos preparamos te recomiendo escribir en una libreta los puntos clave para que aborden todo y las dudas e inquietudes se puedan aclarar.

Los especialistas recomiendan hablar de la abstención sexual, de los embarazos no deseados, de la responsabilidad, la relación en pareja sana y estable, de la prevención de las enfermedades sexuales, entre otros. Algo muy sano, es que tú y tu pareja aporten su experiencia personal sobre este tema, ya que de esa manera aportarán datos reales y fidedignos, dignos de la confianza de tu hijo.

2. Acércate y conoce a tu hijo

 

Es importante conocer sus circunstancias, anhelos, e inquietudes. Esto te llevará a poder conversar de una manera armoniosa, sin reclamos o exigencias. Para abordar el tema puedes ligar muchos de sus gustos, o anécdotas, puede ser después de ver una película o ver una noticia, para que no sea directo. Por ejemplo el tema de los embarazos en la adolescencia.

3. Prepara un ambiente cómodo

 

No es necesario salir de casa o tener ya un horario establecido para hablar del tema, debe fluir con naturalidad. Te sugiero que prepares recursos que puedan ayudarte para brindarle una buena explicación: libros, ilustraciones, computadora, todo lo que tengas a tu alcance. Debes preguntar a tu hijo sobre sus conocimientos previos y poder complementar esa información.

4. Evita dar respuestas apresuradas

 

Procura que tus respuestas sean simples, asertivas y honestas, no ocultes la verdad, date un tiempo para reflexionar y pensar en el mensaje que quieres transmitir. La manera más sencilla es apoyándote en tu pareja.

5. Seguir reforzando el conocimiento

 

Después de dar el primer paso, lo ideal es que este tema siga en sus conversaciones ya de una manera más relajada, pues es la forma de conocer si tu hijo, al reflexionar, tiene alguna inquietud o le ha surgido alguna duda. No olvides que sigues siendo su madre, y sigues educándole. Esa es una labor que no se acabará en toda tu vida.

Por ello, manténte alerta y sé una guía perfecta para su vida. Abordar el tema con los hijos adolescentes puede generar incomodidad o hasta a veces indiferencia por parte de ellos, pues creerán que ya dominan el tema y que es innecesaria esa conversación. Por ello te aconsejo que no dejes de hablar con ellos y no te des por vencida: siempre es mejor prevenir que lamentar.

Es importante que entiendas que la educación sexual no es solo una charla en la adolescencia, ni es solo enseñarles de dónde vienen los niños. Es un proceso que se inicia antes del jardín de niños y —cuando hay confianza suficiente— puede ser incluso aconsejarles, orientarles, mediar cuando haya dificultades en su futuro matrimonio.