Ante la escalada de violencia que dejó 907 homicidios en agosto, los jefes de la Policía han ordenado a los agentes no brindar información a los periodistas sobre las muertes violentas.
Fuentes de la corporación aseguraron ayer a El Diario de Hoy que otra instrucción que han recibido, desde hace unas semanas, es que las escenas de homicidios deben ser acordonadas de modo que los medios de comunicación no puedan captar las imágenes.
“Lo que los jefes quieren es que los periodistas ya no saquen tantos muertos, porque eso daña la imagen del Gobierno”, señaló un policía.
Las fuentes, destacadas en diferentes sedes policiales, sostuvieron que los mandos superiores han amenazado con sancionar a quien no cumpla la disposición.
Ayer, en la escena de un doble homicidio registrado en un bus de la Ruta 44, un investigador fotografió a varios fotoperiodistas que hacían su trabajo sin irrumpir en el área que estaba acordonada.
El policía amenazó a uno de los fotógrafos con pedirle al fiscal del caso que ordenara arrestarlo por hacer su labor.
Además, los policías que custodiaban la escena se negaron a dar información sobre el hecho. Incluso, los agentes impidieron que sus colegas que llegaron a relevarlos entraran a la escena.
Según las fuentes, algunos jefes hasta les han prohibido sacar sus teléfonos celulares mientras estén custodiando las escenas de homicidio para evitar que tomen fotografías.