Tommy Hilfiger lleva el “reggae” a Nueva York

El estadounidense presentó hoy su colección "Island Hopping" en la Semana de la Moda

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elsalvador.com

Por EFE

2015-09-14 4:30:00

El viaje al Caribe de Tommy Hilfiger desfiló hoy en Nueva York con influencias “reggae” pasadas por su mirada de clase bien.

Tommy Hilfiger sigue jugando en el terreno que mejor sabe cada vez que se acerca la Semana de la Moda de Nueva York: sin escatimar en gastos y con una ropa que, en contra de lo que suele suceder, es accesible incluso por los técnicos de sonido del desfile o los periodistas en crisis. 

“Island Hopping” continúa con la tendencia de muchos diseñadores, como Diane von Furstenberg o Ralph Lauren, que este año han decidido devolverle al verano su condición vacacional y Hilfiger ha apostado por inspirarse en sus propios descansos estivales en la isla caribeña de Mustique. 

Así, para mostrar su ropa, que describe como “bohemia, con un regusto a rasta y muy insular”, recreó en Nueva York una playa caribeña con su arena real, su chiringuito y su pequeño lago, en el que chapotearon las modelos. 

“El agua es una de las grandes fuerzas del mundo, pero también tiene un efecto calmante. Hay un sentimiento, una vibración en ella relaja a la gente”, asegura el diseñador en una entrevista con Efe. 

Efectivamente, aunque la rasta nunca jamás aparecería en sus chicas “preppy”, sí lo hacen los sombreros jamaicanos, el ganchillo (crochet) incluso para los bikinis y los trikinis y se explora ese grado de desnudez que solo es permitida en la ropa de baño. 

Después de ese partido de “strip-tenis” que jugó Rafael Nadal hace unos días en Nueva York para promocionar la colección de ropa interior del diseñador estadounidense, ¿está Tommy Hilfiger más picarón que nunca? 

“Rafael estaba muy sexy y muy ‘cool’ en ropa interior, pero en esta colección, que es femenina, por supuesto, hay una sexualidad ‘chic’ en todo lo que se ve, tape o no tape. Hay mucha ropa de baño, muchos vestidos vaporosos… Es un aspecto playero y hay sexualidad en él”, explica. 

Toda la ropa tiene un aspecto artesano, como si viniera del mercadillo más esmerado y esterilizado del mundo. “En esta colección hay mucho trabajo manual. Cuentas, ganchillo, punto, muchas rayas. Muchos colores ricos, mucho descolorido isleño, muchos brillos, muchos bañador, tejidos ligeros y vaporosos y un poco de inspiración militar”. 

Sonando a todo volumen, por supuesto, Bob Marley, y en los estampados vegetales, exhuberantes flores tropicales, como si salieran del pelo de una tahitiana de Paul Gaugin.