Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, la causa fundamental de la obesidad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas.
El organismo indica que más allá de la genética, los inadecuados hábitos alimenticios y la falta de actividad física, heredados generalmente por los padres, son causantes del problema a nivel mundial.
Por otro lado, la doctora Rosa Elena Mora, endocrinóloga pediatra afirma que “cuando las costumbres del núcleo familiar no son las más sanas, esto afectará negativamente a los hijos, en cuanto a su propio estilo de vida y su salud a futuro”.
Y es que durante la infancia, los niños aprenden las bases esenciales sobre la comida y el acto de comer, pero también sobre la realización de actividad física. Poco a poco adquieren diferentes hábitos alimenticios que se practican en casa, hasta integrarlos por completo en su conducta.
La actividad física importa
Esencial para contrarrestar el sobrepeso y la obesidad es realizar actividad física de forma regular y mantener una alimentación balanceada. La actividad física debe ser inculcada a los niños desde la temprana edad, a fin de generar un hábito que les dure para toda la vida.
“Comprender que el sobrepeso y la obesidad representan un verdadero problema de salud independientemente de la edad de quienes lo padezcan, es el primer paso para resolver el problema. Luego, aceptar que no hay soluciones mágicas y que adoptar un estilo de vida saludable que involucre a todo el grupo familiar es la solución a largo plazo” señala la doctora Mora.