En pocas horas el papa Francisco será el primer pontífice que habla ante una sesión conjunta de las cámaras del Congreso.
Legisladores de todas las tendencias políticas y confesiones religiosas se han comprometido a hacer una pausa en las discusiones y la disfunción que los caracterizan para escuchar al pontífice. Asistirán a la sesión los jueces de la Corte Suprema, secretarios del gabinete y otros invitados.
Desde horas tempranas empezó a llegar la gente entre medidas de seguridad y una presencia policial similar a la que rodea una juramentación o discurso anual del presidente. En el jardín oeste del Capitolio reinaba un ambiente festivo pero sereno de las miles de personas que aguardaban la aparición de Francisco en el balcón del presidente de la cámara baja después del discurso.