El vestido de la novia es el que siempre se quiere robar la foto, pero el atuendo del novio es igual de importante. Lo primero para no fallar en la misión es definir el tipo de traje según el ambiente donde se desarrollará la ceremonia nupcial y la consiguiente recepción.
Para las bodas de día que se desarrollen tanto en interior como en exterior, una apuesta segura es el traje clásico y el chaqué (si quieres algo muy elegante). Si el evento es de noche, lo mejor es preferir un traje oscuro o smoking. En sociedades de rigurosa etiqueta, el frac es lo requerido.
Los climas calurosos y las bodas en la playa exigen otras reglas, como el uso de trajes de lino y guayaberas, textiles respirables para el verano.
Claro que el novio deberá escoger lo que siente más cómodo, pero no debe olvidar los detalles. El traje es solo el primer paso. Luego tendrá que determinar si usará corbata, moño o pajarita. Y si completará con chaleco, faja, mancuernillas, botonier, pañuelo, tirantes, moño o pin.
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