“Ya con esta es segunda vez que se salva de la muerte. En otra ocasión la encontramos tirada, casi inconsciente, la habían apuñalado”, relató una familiar de una de las víctimas que sobrevivió a la masacre de Ciudad Delgado ocurrida en una cancha de fútbol el pasado domingo.
Según familiares de la víctima, fue alcanzada por un pandillero quien la encañonó, pero cuando quiso dispararle, la pistola ya no tenía balas. Fue cuando el sujeto decidió soltar a su víctima y prefirió huir del lugar.
Parientes de la víctima reiteraron que “fue un milagro de Dios que no la asesinaran”.
Quien no corrió con la misma suerte fue Alejandro de Jesús Gómez Pineda, de 32 años, ya que al momento en que se produjo el incidente, él se encontraba celebrando la victoria de su equipo.
Al escuchar los disparos, tanto él como otras personas que se encontraban en el lugar salieron corriendo para protegerse. Pero fue en vano y también fue acribillado.
“Él era un hombre bien tranquilo, trabajador y callado. No se metía ni tenía problemas con nadie”, recordó un familiar de Gómez Pineda.
Otro pariente de Gómez Pineda dijo resignado que “el deporte de ellos era ir a jugar, ese fue el delito para que los mataran a todos”.
Por su parte, personas que conocieron a las víctimas exigieron “justicia, pues no es posible que solo por vivir en una zona límite estén matando a los muchachos. En esta cancha han habido varios asesinatos”.
Además, pidieron al ministro de Justicia y Seguridad, Benito Lara, que “haga justicia en ese caso porque es gente trabajadora, gente inocente” la que han matado.
Móvil en masacre de Ciudad Delgado
Los pandilleros pretendían matar a Juan Carlos Hernández, (a) Saca, según la Policía.
Quienes presenciaron la masacre relatan que los sujetos subieron por la barranca del río aledaño a la cancha y en reiteradas ocasiones decían “¡Ese es, ese es!”. Luego lo asesinaron y abrieron fuego contra los demás jugadores.