No tengo el gusto de conocerle personalmente, pero lo sigo a través de sus cartas y otros escritos en El Diario de Hoy.
Lo felicito porque sin haber nacido en este país usted tiene espíritu salvadoreño, de aquellos que no se dan por vencidos y luchan para que la verdad prevalezca sobre tantas mentiras, engaños, artimañas, corrupciones, de los vende patrias y compradores de voluntades.
Para mí y, seguramente para toda mi humilde pero gran familia, donde usted ha logrado una noble estatura es en la carta que dirigió a Jorge Nieto. Encuentro admirable la capacidad suya para poder expresar en media página del periódico el injusto, deprimente y horrible caso de acusación a un honorable ciudadano salvadoreño, cuyo único pecado, como usted bien dice, fue el de haber confiado en su presidente de aquel entonces. Y, para colmo, perteneciente a un partido por el cual votamos muchísimos y nos engañó a todos haciéndonos creer que lucharía por el bienestar del pueblo, habiendo resultado ser la oveja negra arenera, de donde surgieron los tránsfugas que luego se convierten en Gana partido que, a su vez, genera a más tontos útiles, corruptos, cuya sola finalidad es engrosar descaradamente sus cuentas bancarias a costa de los pobres. Estos se caracterizan por prometer imposibles, vestidos con pieles de ovejas, cuando en realidad son voraces lobos, aves de rapiña o “machos sin dueño, como decía aquel de la frase, “les guste o no les guste”.
Como salvadoreños que luchamos por el rescate de los valores de los hombres de bien para legarlos a nuestros jóvenes, ya estamos cansados de asistir al bochornoso espectáculo de tanta corrupción que es un pésimo ejemplo para las nuevas generaciones.
Volviendo a la carta debo decir que usted es un artesano en saber pensar, coordinar concentrar y expresar en pocas palabras un caso tan controvertido por ser Jorge Nieto una persona que se dedicó a servir, servir y servir, sin hacerle daño a nadie. Ahora es víctima de sus enemigos y de otros que, en su momento, fingieron ser sus amigos que traicionaron no solo a Jorge Nieto, sino también a la patria.
Adelante Paolo Lüers, pero con la frente en alto, pues en lo alto existe y vive nuestro Creador, el que todo lo sabe, todo lo ve y para el que nada hay oculto que no se llegue a descubrir.
Felicidades Paolo y gracias, Dios bendiga su camino.
*Colaboradora de El Diario de Hoy.