La verdadera razón que te llevará al divorcio

Hay varias razones para que los matrimonios terminen en divorcio, pero parece que hay una concreta subyacente que conduce al resto. Siga leyendo para ver cuál es y cómo se puede evitar que suceda.

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elsalvador.com

Por Megan Shauri, Deseret News

2015-07-16 9:30:00

Nadie se casa esperando divorciarse. Sin embargo, las estadísticas dicen que el 50 por ciento de los matrimonios terminan en divorcio. ¿Por qué ocurre ésto? ¿Por qué llevan tantos matrimonios al divorcio? Por supuesto que hay razones obvias como las relaciones extramatrimoniales, las mentiras, y otras formas de ser infiel. 

Pero también hay una razón más sutil para el divorcio: el egoísmo. Hay diferentes formas de egoísmo, algunos que ni siquiera puede parecer peligrosas, pero llegarán a serlo con el tiempo. 
 

Actos egoístas 

Antes de que usted se casara, la única persona en la que tenía que centrarse era usted mismo. Cuando uno se casa puede ser difícil acostumbrarse a comprometerse, o poner los deseos de su cónyuge antes de los suyos, pero eso es vital para fortalecer su matrimonio y ayudar a que prospere. Cuando eres algo egoísta, sea un acto consciente o no, le está diciendo a su pareja que usted es más importante que ella. 

En pequeñas cosas, como cocinar sólo lo que te gusta, hacer cosas que sólo usted quiere hacer, recoger su ropa sucia y no la de ambos, no ayudarle con un problema u olvidarse de hacer algo que usted dijo que haría, son algunos ejemplos de ello. 

Hay muchas más cosas que pueden parecer inocentes, o no ser gran cosa, pero en realidad reflejan actitudes y comportamientos egoístas, o que un cónyuge no se sienta amado o que ya no le importa. Ambas cosas pesan como plomos en su matrimonio. 

Palabras egoístas 

Los desacuerdos y argumentos suceden en el matrimonio. Sin embargo, ser egoísta con sus palabras es una falta de respeto y muy hiriente. Las palabras son difíciles de reparar. Si se arrojan algunas, mientras está enojado/a, que son dañinas para su cónyuge, esas palabras suponen lentamente una división entre los dos. 

Recuerde cuando estaba de acuerdo en evitar insultos, en culparse unos a otros, en las acusaciones y las palabras hirientes. En su lugar, céntrese en cómo se siente, deje la palabra "usted o tú" fuera de sus peleas (Por ejemplo: "Eres tan …" o "Tú siempre …") y hable sobre sus reacciones en su lugar ("me sentí como …" o "Yo estaba molesto porque …"). 

Estos simples cambios en sus argumentos pueden convertir las palabras hirientes egoístas, en una discusión real que va a resolver los problemas. 

Miradas egoístas 

Las apariencias a veces pueden tener un mayor impacto que las palabras. Una caída de los ojos, o una sacudida de la cabeza, puede llevar a su cónyuge sentirse preocupado o molesto. 

Mantengan una comunicación abierta entre los dos. Si usted no está de acuerdo con algo, deje que su cónyuge lo sepa. No se limite a sacudir la cabeza o el pie. Explíquese. Esto es enfrentar el problema de inmediato en lugar de dejar que se caliente, o dejar que su cónyuge vaya construirse en su mente lo que su caída de ojos significaba, que por lo general resulta que él o ella piense algo mucho peor de lo que realmente quería decir. 

Hábitos egoístas 

Está bien necesitar o tener tiempo a solas, para uno mismo; o, incluso, tiempo para estar con los amigos; pero tenga cuidado de no hacer que estos hábitos sean una prioridad por encima de su cónyuge. Hoy en día las redes sociales, juegos de video, juegos en línea, YouTube, incluso aplicaciones de mensajes, pueden llevarnos a todos a un mundo fuera del presente, fuera de lo que está sucediendo en nuestras propias casas. Ignoramos lo que está pasando a nuestro alrededor, y perderse en las ‘actualizaciones de estado’, ‘maratones de juegos’ y ‘mensajes instantáneos’. 

Esta es una manera peligrosa de perder las relaciones personales reales, comenzando por su cónyuge. Asegúrese de limitar su tiempo con estas distracciones. 

Expectativas egoístas 

Las expectativas pueden ser extremadamente peligrosas. Si usted entra en un matrimonio esperando que su cónyuge cambie, o esperar que su relación siempre permanecerá en la etapa de recién casados, entonces se sentirá decepcionado. 

Su esposo/esposa nunca estará recogiendo sus calcetines no importa cuántas veces se lo pida, y su esposa nunca puede querrá cocinar a pesar de que le ha dicho lo mucho que le gusta cómo cocina. 

Esperemos que haya pasado suficiente tiempo con su pareja antes de casarse para que supiera como sería él o ella en su matrimonio. Es egoísta pensar que él o ella va a cambiar de una manera que le hará la vida más fácil. No espere de él o ella cambios en todos los sentidos que usted quiere, y no base el éxito de su matrimonio con que vaya a cambiar pañales. 

Las relaciones crecen y evolucionan, y eso es una buena cosa si se permite que crezcan juntos. Todos estos actos egoístas puede ser perjudicial para su matrimonio. Y cuanto más se producen, más fácil es ser egoísta en otras partes de su vida también. Amar a alguien significa que usted quiere hacerla feliz, quiere ponerla delante de usted, y quiere demostrarle lo mucho que significa para usted. Ser egoísta contradice estos deseos y puede llevarle por un camino peligroso.