Es común que en muchos hogares existan básculas de baño para que las personas, fácilmente y con frecuencia, puedan revisar su peso y evitar problemas de salud, pero es igualmente común que esas básculas se queden guardadas bajo la cama o escondidas en algún armario y no cumplan su función. Aquí encontrarás algunas pequeñas sugerencias que puedes implementar a favor de tu salud y la de tu familia.
1. Saca tu báscula del closet y ponla en un lugar accesible y a la vista
Un buen lugar puede ser cerca de tu tocador o donde acostumbras dejar tus pantuflas, la idea es que puedas tenerla a mano para pesarte regularmente y que no tengas ningún pretexto para hacerlo.
2. Compra la que mejor se adapte a tus necesidades y gustos
En el mercado puedes encontrar básculas… Mecánicas: Son las más parecidas a las que los médicos usan en sus consultorios y son muy seguras y confiables. La gran mayoría de marcas no necesita ajustarse. Tienen la ventaja de ser económicas y prácticas. Digitales o electrónicas: Este tipo de básculas son muy populares por las funciones que pueden llegar a ofrecer. Algunas incluso te ayudan a guardar registros; tienen alarma y muchas cosas interesantes. Usan baterías y pueden llegar a ser delicadas en su uso y cuidado. Algunas de ellas hay que calibrarlas y programarlas. Hay muchos modelos y los precios varían según las funciones que manejen. Busca una báscula que tenga una plataforma amplia donde tus pies se acomoden fácilmente que los talones pisen esa área y no queden fuera.
3. Lleva un registro regular de tu peso
Si vamos a comenzar a cuidar de nuestra salud es importante que consideres esto: Pésate solo una vez a la semana: Por ejemplo, los lunes. O, máximo, lunes y viernes, pero no diario. La idea es cuidarte, no obsesionarte con el peso. Hazlo a la misma hora: Viste la misma ropa al pesarte, tu ropa de dormir es suficiente. Hazlo antes de bañarte. El lunes al despertar y antes de bañarte con tu pijama puesta es una muy buena elección. No olvides llevar un registro: Deja una libretita o una hoja en la pared, donde puedas anotar la fecha y el pesaje de ese día, así comenzarás a tomar conciencia de cómo tu peso sube y baja según tu manera de alimentarte y tu nivel de actividad física.
4. Complementa tu pesaje con una cinta métrica
A veces, al cuidarte, no bajas de peso pero sí tus medidas se reducen. ¡Eso también es una excelente noticia! Mide y lleva registro semanal de las medidas, siempre en el mismo lugar, de tu busto, cintura, cadera, brazo y pierna. Ten presente que la circunferencia de tu cintura habla mucho de tu salud, si rebasa los 100 centímetros es conveniente que visites al médico o a un nutriólogo para comenzar un régimen alimenticio apropiado para ti.
5. Comienza a cuidarte
Thomas S. Monson dijo: “Cuando el rendimiento se mide y se informa, el ritmo de mejoramiento se acelera.” Cuando llevas un registro semanal de tu peso y medidas, puedes platicarle a una amiga tus progresos, entonces sentirás un compromiso mayor de seguir adelante y el cuidado de tu salud y figura mejorarán notablemente. Lo mismo sucede si algún otro miembro de la familia comienza a cuidarse. Ten siempre presente que es la oportunidad de animarse uno a otro sinceramente y no de criticarse o hacer burla del esfuerzo y fracaso de las personas. ¡Te deseo mucho éxito en este esfuerzo por controlar tu peso!