El papa Francisco oró en silencio el domingo ante la Sábana Santa, expuesta en la catedral de Turín, en el norte de Italia.
Francisco siguió a cientos de miles de personas que han acudido a la ciudad este año para ver el fragmento de tela que algunos creen sirvió de mortaja a Jesús.
El papa se sentó varios minutos ante la reliquia, expuesta en una carcasa especial de cristal. Francisco bajó la cabeza en ocasiones durante su silenciosa reflexión, y otras alzó la vista a la tela de 4.3 metros (14 pies).
Después dio unos pocos pasos, apoyó la mano en la carcasa y se marchó sin hacer comentarios.
La sábana se colocó a la vista del público el 19 de abril y permanecerá expuesta hasta el 24 de junio.
Los escépticos señalan que la imagen de un hombre crucificado que muestra la tela es una falsificación que data de la Edad Media.