La mayoría de los jóvenes de hoy no sabe lo que es vivir sin un celular. El mes pasado, Herb Scribner de Deseret News National escribió que los niños estadounidenses reciben su primer celular a los seis años de edad en promedio, y a partir de ahí todo crece. Una investigación informada por Education Week descubrió que el 51% de los estudiantes de secundaria llevan sus smartphones a clase todos los días.
Como casi todos los niños en edad escolar en EE.UU. tienen celular, el debate sobre su función en el aula continúa provocando polémicas. Esta semana, investigadores de la Universidad Estatal del Luisiana y de la Universidad de Texas concluyeron que cuando las escuelas impusieron una prohibición de celulares dentro de sus establecimientos, las notas de los estudiantes en los exámenes subieron hasta 6%.
“Descubrimos que el impacto de la prohibición de celulares para aquellos estudiantes equivalía a una hora extra por semana en la escuela, o en agregarle cinco días al ciclo lectivo”, afirmaron los autores del estudio citados por The Conversation.
El estudio fue hecho en escuelas de Birmingham, Londres, Leicester y Manchester, Inglaterra. Se consultó a los funcionarios de las escuelas sobre sus políticas exclusivas para celulares, en vigencia desde 2001, y luego esas políticas fueron comparadas a los niveles de rendimiento escolar de los estudiantes, en base a resultados de exámenes nacionales.
Lo que es interesante, ninguna de las escuelas entrevistadas en 2001 había prohibido el uso de celulares. Sin embargo, para 2007, la mitad de las instituciones estudiadas había decidido hacerlo.
Y en 2012, 98% de las escuelas no permitía usar celulares en sus establecimientos. Si bien la investigación se realizó en Inglaterra, donde casi 91% de los adolescentes posee un celular, sus repercusiones deberían sentirse también en EE.UU., donde el 78% de los adolescentes tiene uno.
Sin embargo, últimamente la discusión sobre prohibir los celulares en las escuelas estadounidenses viene resultando susceptible.
En 2007, el entonces alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, aplicó una prohibición estatal del uso de celulares a las escuelas de la ciudad, afectando a más de un millón de niños, y no fue una medida popular. Bloomberg tuvo que oír las quejas de muchos padres y alumnos irritados, y algunos tomaron acciones legales contra la política.
A pesar de la indignación, el Departamento de Educación defendió la prohibición e insistió con que los celulares hacían que los estudiantes hicieran trampa en clase, se inmiscuyeran con el tráfico de drogas y compartiesen fotos inapropiadas. Sin embargo, este año, el actual alcalde de la ciudad, Bill De Blasio, y el Departamento de Educación municipal levantaron la prohibición, afirmando que ahora los directores de las escuelas deberían adaptar esas normas para celulares a padres y maestros.
“Los padres deberían poder llamar o mandarles mensajes a sus hijos”, dijo De Blasio a wnyc.org. Si bien muchos maestros afirman que los celulares son una distracción demasiado seductora para los alumnos, otros sostienen que pueden ser útiles en clase, por ejemplo para tomar notas o investigar temas, pero que deben ser controlados.
“Muchos alumnos ya tienen sus propios dispositivos de confianza, con cuyo uso están cómodos, tiene sentido que los utilicemos con fines educativos en lugar de usar una máquina de la escuela que ellos dejan al final del día”, escribió Carol Rainbow, maestra jubilada, al diario británico The Guardian. “Sin embargo, es fundamental que antes que alguien agarre su celular en la escuela la infraestructura de la institución sea segura, que se hayan implantado políticas sobre la seguridad en medios digitales y que los profesores estén capacitados y seguros de cómo usar dispositivos móviles para mejorar el plan de estudios”.
Dave Stovenour, vicedirector de la Secundaria Dundalk en Baltimore, concuerda con que es necesario capacitar a maestros y alumnos en el uso de dispositivos móviles. Para él, la respuesta no es prohibir el uso de celulares, sino enseñarles a los niños cuándo usarlos.
“Nos dimos cuenta de que también hace falta enseñarles a los alumnos los usos apropiados”, dijo Stovenour en la Asociación para la Supervisión y el Desarrollo de Planes de Estudio. “Hoy en día, sigue estando prohibido usar el celular en el aula, pero se permite en la cafetería o en los pasillos.
Cuando los alumnos entran a una clase, se les recuerdan los usos apropiados. Observamos una caída en el número de interrupciones causadas por dispositivos electrónicos, y los padres recibieron bien esta política más relajada”.