GUATEMALA. El portavoz oficial de la Presidencia, Jorge Ortega, confirmó ayer que el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, presentará el próximo martes la terna de candidatos a la Vicepresidencia del país.
Según las declaraciones, Ortega informó que, tras las últimos sucesos surgidos en el país y la premura con la que se resolvieron, en relación al trámite de aceptación de la renuncia de la exvicepresidenta Roxana Baldetti por parte del Congreso, Pérez Molina expondrá la lista con los tres posibles nombres para el cargo con premura.
Entonces será el ente legislativo, a través de una votación en la que se necesitan los dos tercios del Congreso, el encargado de decidir al mejor postulante y “juramentarlo” el mismo día.
Cuestionado por los nombres que se manejaron en los últimos días, como el ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, y la directora de la reforma policial, Adela Torreviarte, Ortega apeló a no escuchar los rumores y explicó que Bonilla sí puede ser candidato porque la ley establece que para ser vicepresidente sólo hay que cumplir tres criterios.
Estos principios son que la persona propuesta para el cargo tenga cuarenta años, sea “guatemalteco de nacimiento” y que, además, no tenga “ninguna limitación con sus derechos” para ejercer sus funciones.
Sobre Torreviarte, Ortega indicó que “podría estar dentro de la nómina”, pero que lo cierto es que, por el momento, todo son “especulaciones” porque Pérez Molina no ha dado ninguna información y la configuración de la terna se encuentra en una situación “muy hermética”.
No obstante, agregó que los rumores están empeñando el proceso, ya que “no benefician a nadie: ni al Gobierno ni a la nación”.
La renuncia voluntaria de Baldetti, que se produce a solo cuatro meses de los próximos comicios electorales que se celebrarán el 6 de septiembre, se debe a su supuesta implicación en un caso de corrupción estatal denominado “La Línea”, por el que las autoridades arrestaron a 27 personas y otras dos se encuentran prófugos.
El Ministerio Público (MP) solicitó el sábado, después de conocer la aceptación de la deserción de Baldetti y, por tanto, su pérdida de inmunidad, una orden de arraigo contra su persona para que esté presente en cualquier diligencia que se practique en su contra.
Según las escuchas telefónicas de esta operación que aún está abierta, los acusados se referían a Baldetti con los apelativos de “la R”, “la dos” o “la señora”.
Los prófugos de la Justicia son el empresario guatemalteco Luis Mendizábal y el exsecretario privado de la exvicemandataria, Juan Carlos Monzón, a quien los investigadores acusan de ser el cabecilla de la trama y que, según los últimos reportes se encuentra en Honduras.
La presión social, a través de diferentes protestas, fue el factor que, según expertos políticos, provocó la abdicación gubernamental de la exvicepresidenta, y el mismo sector que ahora exige la renuncia de Pérez Molina, por entender que es el principal defraudador del Estado.
Ante la renuncia de Baldetti, el Departamento de Estado de EE. UU. “urgió” a todos los guatemaltecos a apoyar a las instituciones gubernamentales que “investigan y persiguen las acusaciones de corrupción” y emplazó al Gobierno de Pérez Molina a trabajar estrechamente con la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y el Ministerio Público.
“Reforzar la transparencia y las responsabilidades gubernamentales es un elemento central de la Alianza para la Prosperidad”, indicó el portavoz adjunto de la diplomacia estadounidense, Jeff Rathke, quien aseguró que Guatemala “sigue siendo un socio importante de EE. UU. y un líder regional”. —AGENCIAS.