Escuela de Apaneca, 16 años fomentando el hábito de la lectura

Hay alumnos que logran leer hasta 40 libros en un año, esa práctica mejora sus aptitudes para enfrentar los desafíos de la sociedad

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Estos son algunos libros que los estudiantes pueden acceder. Foto EDH / Cristian Díaz

Por Cristian Díaz comunidades@eldiariodehoy.com

2015-05-08 7:00:00

AHUACHAPÁN. En el Centro Escolar Caserío San Jorge, cantón San Ramoncito, de Apaneca, los docentes no tienen que presionar a sus estudiantes para que lean un libro, ya que es un hábito que impulsa desde 1999, dos años después de la creación de escuela en la comunidad.

La directora, Elva Doratt, relató que los resultados son notorios, ya que las relaciones interpersonales entre los alumnos son mejores, no son cohibidos y ante los demás tienen temas de conversación que pueden ir desde la evolución del hombre hasta diferentes tipos de animales acuáticos, entre otros.

“Eso lo han obtenido de la lectura; también cuando tienen una visita no son niños que se van a quedar callados, tienen qué contestar y si tienen dudas, preguntan”, dijo la directora de la escuela, que atiende a 104 alumnos desde parvularia hasta sexto grado.

La iniciativa comenzó cuando en 1997 el Ministerio de Educación impulsaba la denominada caja viajera, que contenían libros que eran trasladados de una escuela a otra.

Pero luego lo adoptaron como un proyecto permanente donde los estudiantes leían un libro durante los recesos. A la fecha lo hacen una hora cada semana.

Sin embargo, muchos alumnos se llevan algún ejemplar para su casa donde comparten la lectura con sus familiares.

La docente señaló que algunos llegan a leer hasta cuarenta ejemplares, sin contar con aquellos que repiten.

Cada uno elige la temática que más le atrae, es decir, que los docentes no le imponen una y, por el contrario, dan el ejemplo leyendo al mismo tiempo que los alumnos.

El fomento de este hábito también ha permitido que la escuela haya ganado premios en concursos de este tipo a nivel nacional.

La institución ha logrado establecer una biblioteca con 1,200 ejemplares de diferente temática a través de adquisiciones propias y donaciones, incluyendo las realizadas por la Embajada de los Estados Unidos, ConTextos y Fepade, entre otras.

La necesidad de renovar la biblioteca es constante por lo que siempre piden la colaboración de obtener nuevos ejemplares.

Los padres de familia han colaborado para que la institución cuente con los muebles para la colocación de los libros de lectura.

La cantidad de libros les permite prestárselos a exalumnos que continúan con este hábito, y también a docentes de escuelas aledañas.

De hecho, la directora dijo que un promedio de quince escuelas del municipio comenzaron este año a fomentar la lectura de una forma más continua, como parte de las necesidades para el aprendizaje de los estudiantes.

“Es mejor alimentar el cerebro con la lectura que con la televisión”, expresó de forma convincente José M., quien tiene 9 años y estudia cuarto grado.

Ya leyó diez libros en lo que va del año; mientras que en 2014, fueron veintinueve.

Mientras que Melvin Z., de 10 años, es uno de los alumnos que ha logrado leer cuarenta, logrando aprender, principalmente, sobre la historia de los dinosaurios.

Los alumnos ya no leen los libros de forma mecánica, sino que logran interpretarlos y obtener sus propias conclusiones, lo cual es importante para el aprendizaje académico, manifestó la directora de la institución.