OPICO. Era un duelo directo por el boleto a semifinales entre Juventud Independiente y FAS. El que ganara, avanzaba, y el otro correría a averiguar el resultado en San Miguel, porque pese a caer podría seguir con vida.
La afición respondió y, entre los locales y los de FAS, se toparon las gradas para un espectáculo que resultó más pobre de lo esperado.
Pobre porque los dos cuadros se anulaban mutuamente.
Era un partido de muchos nervios, muchas imprecisiones y faltas.
En el medio campo se juntaban y chocaban seis volantes de Juventud y cinco de FAS, y la única ventana de posibilidad para cruzar al campo rival era por las bandas.
Pero ahí los duelos no marcaron diferencia. Lo perdió Ronald Pimentel frente a Juan Carlos Moscoso, pero el segundo, el de FAS, poco aportó en ataque.
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