Congreso acepta la dimisión de la vicepresidenta

La decisión legislativa implica que Baldetti pierde la inmunidad y puede ser investigada por los tribunales comunes.

descripción de la imagen
El presidente del Congreso de Guatemala, Luis Rabbé (centro), muestra la carta de renuncia de la vicepresidenta. foto edh /EFE

Por

2015-05-09 8:00:00

GUATEMALA. El pleno del Congreso de Guatemala sesionó de urgencia ayer y aceptó la renuncia de la vicepresidenta Roxana Baldetti, quien dejó el puesto la víspera luego de ser vinculada a un escándalo de corrupción por un fraude millonario al fisco.

En sesión ordinaria, 149 diputados ratificaron unánimemente la renuncia. La decisión entra en vigencia de inmediato.

La imagen de mujer defensora de la transparencia que Baldetti quería mantener se derrumbó debido a varios hechos de corrupción donde aparecía vinculada. Sin embargo, el caso que le dio una estocada final llegó el 16 de abril, cuando la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) y la fiscalía desarticularon una red de defraudadores liderada por Juan Carlos Monzón Rojas, mano derecha y exsecretario privado de la vicepresidenta.

La Comisión, un organismo de las Naciones Unidas para investigar grupos paralelos incrustados en el estado y la fiscalía, determinó a través de 66,000 escuchas telefónicas la forma en que la red recibía sobornos de empresarios para evadir al fisco.

El presidente Otto Pérez Molina fue el encargado de hacer pública la renuncia de Baldetti, quien en la carta que entregó a la prensa dijo: “Me aparto del cargo como una muestra de voluntad, para que se esclarezcan los hechos… me pongo a disposición de los órganos de justicia para que se me investigue”.

Con la decisión del Congreso Baldetti pierde toda inmunidad y podría ser investigada por los tribunales, pero hasta ayer las autoridades no habían formulado cargos en contra de ella dentro del proceso por evasión al fisco.

Varios fueron los motivos que mermaron la imagen de Baldetti: el acelerado crecimiento de sus bienes y su negativa a hacer públicos sus estados patrimoniales, el lujo en ropa, vehículos y viajes que sus hijos mostraban en las redes sociales. —AGENCIAS