La comedia mexicana ha perdido a una de sus más grandes y queridas exponentes. La popular actriz y comediante de cine y televisión, María Elena Velasco, mejor conocida como “La India María”, murió ayer a los 74 años, después de batallar contra una grave enfermedad.
“La India María” era un personaje que exageraba los estereotipos de los indígenas de su país y que siempre estaba metida en mil enredos.
Tras su partida deja un sin número de películas, entre las que destacan “Tonta, tonta, pero no tanto”, “Pobre pero honrada”, “La presidenta municipal” y “Ni de aquí ni de allá”.
Nacida en el estado de Puebla el 17 de diciembre de 1940, Velasco migró a la ciudad de México cuando su padre, un mecánico ferroviario, murió. Con su llegada a la capital mexicana inició su carrera artística como bailarina de afamados teatros de revista. Luego trabajó como corista del Teatro Blanquita; pero fue la comedia la que dio más notoriedad y satisfacciones.
Su don para hacer reír a los demás la llevó a participar en rutinas humorísticas con famosos comediantes mexicanos como Fernando Soto, “Mantequilla”, Pompín Iglesias y Óscar Ortiz de Pinedo.
Todo una leyenda
Su forma de actuar y sus ocurrencias a granel le generaron mucho gusto entre el público; esto le permitió llegar a la pantalla grande como protagonista de películas como “Los derechos de los hijos” y “México de mis recuerdos”. Fue en esta última cinta donde interpretó a una peculiar empleada doméstica peinada con trenzas, muy parecida a lo que años más tardes sería su personaje “La India María”.
Esta caracterización luego fue llevada a la televisión con éxito, al tiempo que mantenía su carrera en el teatro.
María Elena saltó a la fama por pura casualidad: una noche, el cómico que acompañaba a “Mantequilla” en sus rutinas no llegó a la función, y ella fue elegida para sustituirlo. En esa ocasión, Velasco hizo brillar a su emblemático personaje y, desde entonces, mantuvo un estilo de humor blanco que dependía en gran parte del físico, las caídas, los golpes y las torpezas que más de una vez la llevaron a meterse en problemas en la trama de sus cintas.
La primera película en la que apareció María Nicolasa de Cruz (nombre completo de su personaje) fue en el “El bastardo”, en 1968.
Este papel lo interpretó con una indumentaria indígena de blusas coloridas y amplias faldas, y con trenzas. La actriz le dio a su inolvidable María un toque de timidez e inocencia y un marcado acento nativo. Velasco, en contraste, era seria y reservada.
En varias de sus cintas, entre ellas “El coyote emplumado” y “La Madrecita”, la actriz retrató la odisea migratoria del campo a la ciudad al abandonar su pueblo natal con su querido burro Filemón. Ya en la gran urbe mexicana, sus aventuras seguían cuando se metía en embrollos. Incluso presentó la migración fuera de México. En 2011, luego de 13 años fuera del cine, regresó para la película “La hija de Moctezuma”. Dos años más tarde debutó en las telenovelas con una participación en “Corazón Indomable”.
En teatro actuó en “México canta y aguanta” y llegó a tener una historieta impresa. —EDH/ Agencias