Llevar las riendas del país y lograr apoyos a proyectos de ley o para reformas legales dentro del Congreso no ha sido nada complicado en este primer año para el gobierno de Salvador Sánchez Cerén. Y menos lo ha sido para lograr el respaldo de las distintas bancadas, a excepción de la fracción de ARENA, para lograr que le aprueben millonarios préstamos. Inclusive en la última sesión plenaria de la legislatura anterior, logró más deuda por $900 millones.
Para los observadores y analistas Francisco Bertrand Galindo, Paolo Lüers, Roberto Rubio y Domingo Méndez, Sánchez Cerén ha tenido en su primer año un trato “armonioso” con la Asamblea Legislativa.
“Siempre mantuvo la mayoría simple o lograba la mayoría calificada para la mayoría de préstamos, pues digamos que fue una relación armónica, muy de sintonía”, consideró Roberto Rubio, director de Funde.
Para Lüers, el lobby en la Asamblea Legislativa, especialmente cuando se trata de préstamos, lo ha delegado con muy buen tino a Hato Hasbún, secretario de gobernabilidad y en su ministro de Hacienda, Carlos Cáceres, quienes siempre se presentan a las plenarias cuando está en juego la aprobación de más deuda.
“En cuanto a la Asamblea, yo creo que eso lo ha delegado gran parte a Hato (Hasbún) y él ha sido como el negociador”, apuntó Lüers.
Bertrand Galindo también reconoce que el gobierno del FMLN tuvo a su favor la correlación de fuerzas en la legislatura anterior, pero con el nuevo Congreso se medirá el pulso a la hora de “negociar” el presupuesto de 2016.
“Ahí veremos si logra mantener una buena relación ya con una mayoría que no la tiene tan a su disposición como la tuvo en la Asamblea pasada”, manifestó Bertrand Galindo.