El cebo o sebo y la manteca en las elecciones pasadas

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/ Foto Por AP

Por Por Ricardo Chacón *

2015-05-30 6:30:00

El dicho, parodiándolo, rezaría, “ese confunde el cebo con la manteca”; esto quiere decir que algunas personas no hacen diferencia, por ignorancia , por mala voluntad o por ambos cosas, entre la comida o cosas que simulan serlo y la manteca, la grasa del cerdo y de otros animales; la primera no vale, la segunda sí. Se refiere a aquellos que confunden lo que es importante con lo que no lo es y todo porque el cebo se entiende también, como la persona o cosa, tal como lo dicen los diccionarios, que se utiliza para atraer de manera engañosa o inducir a una acción.

También —y esto es un atrevimiento—, el dicho se articula con la palabra sebo, sí, porque esta grasa sólida y dura que se extrae de algunos animales y se utiliza para hacer velas, jabones… además porque tiene la acepción de ser una suciedad puede compararse e incluso sustituir por la verdadera grasa…. más allá de este juego de palabras, mi interés es retomar algunas ideas del presidente del TSE, quien el jueves pasado participó en un evento académico en la UCA donde se analizó el proceso de las elecciones municipales y legislativas recién pasadas.

El presidente del TSE confunde, y esto me parece grave, algunas cuestiones de manera reiterada: uno, los medios de comunicación “están y estuvieron en campaña contra el TSE y su presidente”, y dos, gran parte de los problemas ocurridos se debió a las “resoluciones extemporáneas” de la Sala de lo Constitucional que, entre otras cosas, ordenó pocos meses antes de los comicios el voto cruzado.

Escuché con atención el debate, y también leí detenidamente la transcripción de lo platicado entre el presidente del TSE, Julio Olivo, un magistrado de la Sala de la Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, Rodolfo González, y un académico universitario, Álvaro Artiga.

Después de explicar los logros del TSE al organizar el evento electoral, fundamentalmente el garantizar el ejercicio del sufragio de 2.3 millones de salvadoreños, el presidente del órgano colegiado se pregunta: “¿Por qué la campaña de desacreditación, por qué algunas aves de mal agüero incluso anunciaron el fracaso sin saber nada de las empresas contratadas y del procedimiento técnico?”

El quid de la cuestión, la manteca del asunto, no el sebo ni la trampa del cebo, es que hubo errores garrafales en la realización de los comicios; citaremos tres: los diputados no legislaron y tiraron la “papa caliente” al TSE un par de meses antes de los comicios; dos, la capacitación del proceso fue deficiente, y tres, administrativamente hubo desaciertos graves, muy graves que llevaron a que no se diera a conocer el escrutinio preliminar y que los resultados se conocieran muchas semanas después de las elecciones del uno de marzo; incluso, por orden de la Sala de lo Constitucional, hubo un recuento de votos que dejó como resultado el “haber recuperado” unos 20 mil votos de salvadoreños que estaban perdidos en la maraña de los resultados.

Esto es lo que reportaron, día a día, los diferentes medios de comunicación que ante la carencia de los resultados preliminares oficiales, el día de las elecciones, tuvieron que dar datos primarios obtenidos de los mismos partidos políticos que, de alguna manera, sirvieron para mantener alguna medida de información para los votantes.

Nunca antes —y me refiero a los comicios celebrados en los últimos 30 años—, hubo tal desmadre; las empresas contratadas no cumplieron a cabalidad con su trabajo, la logística fue un desastre, las capacitaciones de los actores de los comicios fueron deficientes, amén de que se trataba de tres elecciones: diputados, concejos y diputados ante el Parlacen, con el llamado voto cruzado.

En pocas palabras, este hecho de desorden, de desorganización, de desmadre en un evento de tanta trascendencia nacional es lo que provocó una minuciosa cobertura de parte de los medios informativos, que dieron a conocer las obvias deficiencias del proceso y a los responsables. De igual manera se recogieron las opiniones de la población cada vez más indignada por los desaciertos, lo cual explica que la cobertura profesional de los periodistas no solo fue persistente y aguda, sino también crítica, lo que se agregaron los miles de comentarios y burlas que se cruzaron por las redes sociales. Y a esto es lo que el presidente del TSE llamó, “campaña de desprestigio”. ¡No señor! Esto es el resultado del gran desmadre que la institución que usted preside le presentó a los votantes, a la población entera y al mundo…

*Editor Jefe de El Diario de Hoy.

ricardo.chacon@eldiariodehoy.com