Santorum, un “gallo” altivo que aspira a la Casa Blanca

Era un aspirante marginal que sorprendió a los republicanos al llegar al segundo lugar en las encuestas, por detrás del aspirante Mitt Romney.

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El ex senador estadounidense Rick Santorum anunció su intención de competir por la candidatura republicana para la Casa Blanca en 2016

Por EFE

2015-05-28 8:00:00

WASHINGTON. Rick Santorum dio la sorpresa en las últimas elecciones primarias republicanas, cuando pasó de aspirante marginal a segundo en las encuestas, pero deberá jugar muy bien sus cartas para diferenciarse en el entorno actual, donde varios rivales comparten sus credenciales de catolicismo y conservadurismo social.

El exsenador por Pensilvania, de 57 años, se lanzó hoy a su segunda carrera a la Casa Blanca decidido a recuperar el nicho de votantes republicanos que dejó en abril de 2012, cuando se retiró de la campaña por la candidatura republicana a la Presidencia de EE.UU. siendo el segundo en liza, por detrás del aspirante Mitt Romney.

Fue la enfermedad genética de su hija Bella, entonces de tres años de edad, la que le llevó a interrumpir su campaña de 2012 en un momento de inesperado ascenso, tras ganar las primarias republicanas en 11 estados, entre ellos la simbólica plaza de Iowa.

Santorum se siente cómodo en su papel de segundón, de candidato que lleva las de perder, y este mes, antes de anunciar sus intenciones presidenciales, aseguró que no le importa volver a asumir ese rol en la campaña para las elecciones de 2016.

El exsenador es el séptimo republicano en sumarse a una campaña a la que se espera que aún se apunten unos cuantos más, y esta vez no le será tan fácil distinguirse con su discurso tradicionalista, católico y antiabortista, que en 2012 le ganó los apoyos de los más conservadores, los evangélicos y las bases rurales del partido.

Tan claro tiene Santorum que no estará entre los favoritos en la campaña, que la semana pasada se quejó enérgicamente cuando la cadena Fox News anunció que el primer debate de las primarias republicanas estará limitado a los diez mejor posicionados en las encuestas.

Un “gallo” altivo

Sin duda, el exsenador se lanza a la carrera republicana decidido a dar la sorpresa como lo hizo en 2012, pero en esta ocasión deberá disputarse el voto de los evangélicos y los conservadores sociales con, al menos, Mike Huckabee, Ted Cruz y Ben Carson.

Su estrategia en estas primarias podría consistir, según apuntan algunos analistas, en buscar el voto de los “obreros conservadores”, un sector que da título a un libro que Santorum publicó en abril de 2014 y en el que defiende que la derrota de Romney en 2012 se debió en parte a su fracaso a la hora de conquistar a ese grupo.

“El Partido Demócrata solía ser el partido de los trabajadores. Ya no lo son: ahora son el partido del poder”, dijo este mes Santorum en una conferencia en Iowa.

El exsenador se encuentra, además, a la derecha de varios de sus contrincantes en materia de inmigración, dado que defiende abiertamente que es necesario poner barreras tanto a los migrantes ilegales como a los legales, por considerar que su llegada ha afectado al mercado laboral del país y reducido los salarios.

A Santorum en la escuela secundaria lo llamaban “Gallo” por su altivez y pertinacia, y esos rasgos los conserva en sus posiciones políticas, especialmente en las que en EE.UU. se llaman “sociales”, es decir, las vinculadas con la sexualidad, la familia y la religión.

El flamante aspirante republicano tiene una nutrida familia con la que subrayar sus argumentos en ese área, la que forma junto a su mujer desde hace 25 años, Karen Garver, y sus siete hijos.

Santorum se opone al aborto y al matrimonio homosexual, y es uno de los grandes críticos de la reforma sanitaria promulgada en 2010 por el presidente Barack Obama.

Hijo y nieto de inmigrantes irlandeses e italianos, Santorum suele citar la Biblia en sus discursos y es un defensor del “diseño inteligente”, la idea de que en las escuelas públicas se enseñe la noción de que el Universo fue creado por un ente superior.

Licenciado en Derecho, Santorum es un resuelto conservador en materia fiscal: rechaza abiertamente las subidas de impuestos y las regulaciones gubernamentales sobre la industria, y considera que la ayuda a los menos privilegiados y los discapacitados debe depender principalmente de la caridad y no de la asistencia social.

El conservadurismo social y fiscal de Santorum se combina con un respaldo entusiasta a la invasión de Irak en 2003 y en febrero pasado apostó por enviar a 10.000 estadounidenses a ese país para combatir sobre el terreno al grupo yihadista Estado Islámico (EI).

“Si el EI quiere establecer un califato del siglo VII, complazcámoslos al lanzarles tantas bombas que vuelvan al siglo VII”, dijo en un discurso en febrero en el estado de Maryland.

Desde que dejó la carrera a la presidencia en 2012, el exsenador ha formado un grupo de acción política y ha escrito dos libros, uno sobre los “obreros conservadores” y otro sobre la lucha de su familia contra el síndrome de Edwards, de su hija Bella.

En 2012, Santorum se distinguió también de sus rivales con una peculiar campaña de recaudación de fondos: la venta de los chalecos que él solía llevar, una astuta táctica para acercarse a los votantes que su equipo tendrá que replicar si quiere hacerse un hueco entre los grandes nombres del partido. EFE