Crimen hunde inversión a nivel de la guerra

El estudio de Giuliani Security and Safety señala que los altos índices de crímenes y delincuencia han reducido los niveles de inversión a los que el país tenía antes de la firma de los Acuerdos de Paz.

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Ricardo Simán preside Alsicorp Holding, grupo dueño de Almacenes Simán y Prisma Moda, entre otras empresas. Foto EDH/Archivo

Por Por Guadalupe Trigueros Fabeiro | Infografía Jorge Castillo/Diseño Norma Ramirez

2015-05-03 9:00:00

El pasado 15 de abril, el Presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, culpó a los medios de comunicación de “sobredimensionar” la delincuencia en el país y de “generar una guerra psicológica para atemorizar” a la población. Ese mismo día lo contradijo su ministro de Justicia y Seguridad, Benito Lara, para quien los informes difundidos por la prensa son datos oficiales. En declaraciones independientes, la embajadora de Estados Unidos, Mari Carmen Aponte, señaló que no es necesario monitorear los periódicos y los noticieros para percatarse de los altos niveles de delincuencia, debido a que los ciudadanos la “viven y sufren” a diario. Hoy, lunes 4 de mayo, 20 días después de los desubicados señalamientos del mandatario, Rudolph Giuliani, el ex alcalde de Nueva York (quien redujo a 65 % la criminalidad en el período 1994-2001) entregará al gobierno un informe en el que pone el dedo en la vieja llaga: la elevada criminalidad en el país mantiene en constante riesgo a ciudadanos y a empresarios y ha desplomado la inversión privada a niveles similares a los que había en la guerra (1980-1992). Es hora de rendir cuentas y combatir el crimen contundentemente.

El informe de Giuliani advierte que tanto la criminalidad, como los elevados impuestos abruman al sector privado y vuelven “muy difícil desarrollar y sostener los negocios, así como la degradación de la calificación de crédito” del país.

En otras palabras, no solo es muy inseguro vivir en el país, sino que también no es atractivo, ni rentable invertir en El Salvador, y tampoco lo es para los acreedores internacionales prestarle dinero a un deudor tachado por el Departamento de Estado de Estados Unidos como uno de los países más violentos del mundo.

“No hay áreas en la República de El Salvador que se consideren libres de crímenes violentos, incluyendo las áreas más lujosas de comercio y residencias”, señala el informe de Giuliani. Los robos y los hurtos están por arriba de los 100,000 en los últimos 10 años, y 14,000 de ellos se registraron durante 2014.

La visita de campo del equipo de Giuliani en El Salvador constató que las pandillas son el tema criminal más grande que amenazan al pueblo, debido en parte a las extorsiones, de las cuales son víctimas tanto ciudadanos promedio como las compañías más grandes, señala.

La investigación de Giuliani Security and Safety (GSS) resalta que durante los últimos diez años, las pandillas han crecido de dos a tres veces en tamaño.

La tasa de homicidios registrada por los expertos de Giuliani, con base en Medicina Legal, fue de 68.6 % en 2014, por cada 100,000 habitantes, es decir, un aumento de 43.7 % por cada 100,000 pobladores de 2013, agrega. El promedio de homicidios diarios fue de 11 en este año, pero en los primeros meses de 2015, la incidencia aumentó a 15 por día, incluyendo 19 policías.

Graves efectos secundarios

“Con todas las situaciones de crímenes, las inversiones privadas están casi al mismo nivel que durante la guerra civil”, advierte GSS.

Los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED) registrados en El Salvador, entre 1970 y 1979 sumaron $101.5 millones, mientras, entre 1980 y 1989 (durante el conflicto), el flujo llegó a los $125.9 millones, según datos de la Cepal. Sin embargo, a 2014, los flujos netos de la IED llegaron a los $113 millones, según reportes de Fusades, con base en datos del Banco Central de Reserva (BCR).

La Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) ha señalado que en los últimos años, los empresarios solo invierten anualmente el 11 % del PIB, cuando venían de hacerlo en un rango de 13 %.

Entre los principales factores por los cuales no incrementa la inversión privada están: crímenes y extorsiones; incertidumbre política; estrategia fiscal insostenible; falta de cumplimiento de las reglas del juego; y deficiente sistema educativo.

Demasiadas ventanas rotas

Una encuesta realizada por ANEP, entre enero y diciembre 2014, en 1,425 viviendas, arroja que el 70.1 % de los desórdenes más reportados por los salvadoreños en sus zonas de residencia son la presencia de pandilleros, borrachos, indigentes y drogadictos.

El segundo desorden más reportado (68.3 %) fue el de personas desconocidas en tránsito por la zona, seguido por el de los grafitis (45.4 %), basura (34.3 %) y autos abandonados (6.3 %). Las viviendas ubicadas en barrios o colonias con mayor presencia de signos de desorden registraron tasas de victimización más grandes que las que no, concluye la encuesta.

Según los autores de la teoría de la criminología “las ventanas rotas” ( George L. Kelling y Catherine Coles), a mayor desorden, más criminalidad.

Rudolph Giuliani adoptó esta teoría de una forma más firme durante su período de alcalde en Nueva York, bajo el programa “tolerancia cero” en la cual no hubo cabida para los que orinaban en la vía pública, como tampoco para los borrachos, los pandilleros, ni los limpiaparabrisas. Así, el crimen general se redujo 65 % y los asesinatos, 70 %.

Este día, Giuliani presentará a la ANEP y al Gobierno un informe sobre la evaluación del crimen en el país, así como sus propuestas y recomendaciones para combatirlo.

Entregará un diagnóstico de cada entidad: PNC, Justicia, Asuntos Internos, 911, Fiscalía, Unidad Antipandillas, Unidad Antiextorsiones, e Inspectoría General entre otras.

El resumen ejecutivo de Giuliani señala que ha llegado la hora de abordar el problema y pedir a cada institución que rinda cuentas y responda las siguientes preguntas: ¿Por qué las pandillas pueden operar desde las cárceles?, ¿por qué no hay sentencias más duras?, ¿por que la fiscalía no enjuicia y sentencia a más criminales?