Pero más allá de proveer excelente educación, valores, regalos, buena comunicación y mucho amor, hay algo que, por desconocimiento, muchas mamás olvidan dar: me refiero a fomentar en ellos seguridad y buena autoestima; algo de lo que no se hablaba en la época de nuestros padres, pero que ahora es reconocido como pieza clave para criar hijos exitosos.
Piensa por unos segundos en cuán diferente sería tu vida, si te hubieras proyectado como alguien segura y con buena autoestima. Quizás no hubieras aceptado el maltrato o las faltas de respeto de alguien. Quizás te hubieras atrevido a seguir el sueño de lograr una carrera diferente, aceptar un gran reto. O quizás no hubieras crecido con complejos por tener la nariz larga o unas libras demás. En otras palabras, ¿cuántos errores y dolores de cabeza te hubieras librado, si hubieras sido una mujer más segura?.
No importa el status social, el éxito en la vida comienza con una buena autoestima. Y como mamá, tú eres responsable de que tus niños desarrollen amor propio.
¿Cómo fomentar buena autoestima en los hijos?
1. Cuida tus palabras. Los niños creen todo lo que dices, aunque sea de cariño. No uses expresiones como ¡Mi gorda tan linda! ¡Eres bruto como tu papá! ¡Eres más lento que una tortuga!. Crecerá creyendo que es gordo, bruto o lento. Y, cuando haga algo erróneo, jamás digas : “Eres un niño malo”; mejor explícale por qué estuvo mal lo que hizo.
2. Abrázalos como mamá oso. Todos los días diles cuánto los quieres, además de dedicarles tiempo mientras hacen la tarea o salen a jugar. Acéptalos tal como son, sin importar cuáles sean sus debilidades. Por eso, jamás lo compares con sus hermanos ni con otros niños. Las comparaciones con otras personas aplastan la autoestima de cualquier ser humano.
3. Hazles sentir que son importantes. Según los psicólogos, los niños que ayudan a sus padres se sienten importantes y, a la vez, superapreciados. Y puedes hacer a un niño sentirse importante a tan temprana edad como a los dos años; ponlo a recoger los juguetes, a poner los zapatos en el clóset o a echar la pijama en el cesto de ropa sucia. A los más grandes ponlos a sacar la basura, doblar ropa, poner la mesa o darle de comer a las mascotas de la casa.
4. Enséñales a tomar riesgos. De vez en cuando, sácalos de la rutina e invítalos a hacer cosas diferentes como tratar un deporte diferente y difícil, comer algo que jamás haya comido, atreverse a hablarle a otros niños para hacer nuevos amigos. Si no les va bien en esas actividades, no importa. De hecho, fracasar de vez en cuando es normal, pues, sin riesgos no hay oportunidades para ser exitoso.
5. Cuidado con tu ejemplo. Si escucha a una mamá que se queja todo el tiempo de lo gorda que está o de las manchas en la piel, ellos crecerán pensando que la apariencia física es fundamental para ser “alguien”. Enséñales a ejercitarse a menudo como una demostración de que cuidar de la salud es sinónimo de amarse a uno mismo. De la misma manera, respétate a ti misma y exige el respeto de los demás para que ellos se valoren.
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