Señor diputado, ¡cuidado!, lo vienen siguiendo dos tipos armados

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Porfirio Miranda, uno de los surfers más experimentados de nuestro país, rompiendo olas

/ Foto Por EDH

Por Por Marlon Manzano*

2015-03-20 5:30:00

Señor diputado, imagínese por un momento que no tiene el cargo que tiene, que no vive en la colonia que vive y que por alguna razón le tocó vivir una vida común y corriente como la de millones de salvadoreños que viven en colonias populares del AMSS y de las demás cabeceras departamentales o comunidades rurales del país; quítese el fuero aunque sea unos minutos mientras lee estas líneas, olvídese de su oponente político, es más, él en estos minutos será su vecino, de esos que se les puede oír caminar y hasta hablar a través de las paredes de las casas de interés social, que solo las dividen una pared compartida; casas que para que se haga una idea, sus salas son más pequeñas que su actual oficina, en esas casas vive usted ahorita, y a la par, su opositor político, pero que para este relato hoy comparten las mismas alegrías así como las mismas preocupaciones y penas de vivir en una colonia asediada por pandillas; olvídese del pandillero como actor político o sujeto de políticas públicas, como normalmente tiene que verlo, o mejor dicho leerlo, ahora que vive en una de estas colonias donde le tocó ir a pedir votos, no le queda más que levantarse muy temprano y salir a trabajar, y ya que estamos recreando una historia le haré un favor, le quitaré unas décadas y volvamos a aquella anhelada juventud de sus veinte, un joven apasionado, que aunque ganando solo para comer, quiere superarse.

Digamos que usted se llama Érick en estos momentos, vive en colonia populosa, casa chiquita, sin fuero y sin guardaespaldas, y se lleva muy bien con sus vecinos, sale a trabajar siempre temprano, quizás mal pagado, pero lo motiva a seguir buscando nuevas oportunidades; digamos que trabaja de operario en una empresa de alimentos, es viernes, y sale a las 6:45 a.m. de su casa y quizás por ahorrarse unas fichitas para el fin de semana decide irse a pie a su trabajo, va atravesando pasajes angostitos, de los que abundan en estas colonias, los ocupa como atajos para llegar más rápido a su destino, de esos que conectan, casi de manera secreta, colonias entre colonias… pero aguarde, señor diputado, no me pregunte cómo pero lo vienen siguiendo desde hace dos minutos y no nos habíamos percatado, le sugiero Érick que acelere el paso, son dos tipos, tan jóvenes como usted, 22 años o menos quizás, a no ser por la mirada de ambos, perdida, como de furia, podría asegurarle que se ven igual que usted.

Un silbido para su marcha Érick, usted diputado voltea, y sin mediar palabras lo último que ve es una pistola enfrente de su cara, una pistola, si, igual de las que ocupan sus guardaespaldas, la pistola apunta su rostro, y usted, como en las películas ve pasar su vida en un instante; el disparo fue tan fugaz que la película de su vida llegó hasta los 22 años, todos sus sueños, hasta de cuando se convirtió en diputado, ya no pudieron ser, murió, lo mataron, no dolió por la forma tempestiva que sucedió, pero su familia y los que lo quieren, créame, siguen llorando su partida.

Tres líneas en un rotativo son el gran legado que quedarán de su recuerdo para una sociedad que está paralizada y tiene miedo de salir a protestar porque lo acaban de matar injustamente. Una sociedad que pide, sin saber cómo decírselo, que usted haga algo por la memoria de Érick, quizás legislando con valentía y aprovechando su fuero, sus guardaespaldas y su posición política para que día y noche, y a pesar de las diferencias políticas con sus opositores en la Asamblea, puedan verse a la cara y decirse al menos una vez: ¿sabes qué?, que ya no se muera más gente inocente en este país, dejémonos de tanta babosada y hagamos algo.

Erick, de 22 años, vivía en Soyapango y murió este viernes 13 de marzo de un disparo en su cara a las 7:00 a.m. Se dirigía a su trabajo como todas las mañanas. Érick es una víctima y no hizo nada malo, era su pleno derecho ocupar esos pasajes para llegar más rápido a su destino, ¡basta de muertes inocentes! ¡Basta de que baleen a nuestra ciudadanía en sus caras!

*Editor y Consultor Social. @marlonmanzano_