“¡Mi hijo está vivo, yo hablé con él y lo reconocí!”, exclamó (con tono mezclado entre congoja y alegría) la madre de un cabo de la Fuerza Armada, quien fue raptado el lunes, cuando se diría a trabajar.
Mientras tenía en brazos a la bebé de su hijo, la señora relató que Carlos Salomón B., de 27 años, salió de su casa, en un cantón de Huizúcar, La Libertad, para dirigirse a la Brigada Especial de Seguridad Militar (BESM), en San Salvador.
A las 4:00 de la mañana, él se despidió de sus familiares y caminó por trechos polvosos y empedrados rumbo al casco urbano, para abordar el transporte colectivo.
Doce horas después, inició el calvario para los parientes del soldado: el personal de la institución llamó para decirles que él no se había presentado a trabajar.
Minutos antes de que El Diario de Hoy entrevistara a la señora, su hijo le llamó para decirle que se había logrado escapar de sus captores y que lo buscaran en Sonsonate.
Según ella, un día antes, cuando les avisaron que el joven no se presentó a la base, le marcaron varias veces a su teléfono pero las llamadas eran desviadas al buzón de voz.
Más tarde, como a las 7:30 de la noche, el militar se comunicó con un familiar pero estaba tan desorientado que lo único que alcanzó a decir, según su madre, es que lo fueran a traer a una quebrada donde lo tenían unos delincuentes.
Dos horas después, decenas de policías y militares empezaron a patrullar por diferentes cantones de Huizúcar, pero la búsqueda se centró en las veredas y quebradas.
Ayer, desde muy temprano, varios militares estaban concentrados en un puente sobre el río Chávez, que atraviesa los municipios de Huizúcar y Nuevo Cuscatlán.
Los soldados —tras haber buscado toda la noche a su colega en la ribera del riachuelo— detenían a las personas que salían a pie o en vehículo de la zona rural para hacerles registros.
El encargado de la tropa dijo que la información que se tenía es que lo habían raptado cuando iba en ruta al trabajo, pero se desconocía si los sujetos lo habían hecho dentro o fuera del municipio.
Aunque el cantón donde se centró el operativo aparenta ser tranquilo, en el trayecto se observan algunos grafitis alusivos a la mara Salvatrucha.
“Se durmieron y escapé”
La madre de Carlos Salomón estaba cuidando ayer al resto de sus hijos y nietos (como a las 8:00 de la mañana), cuando su hijo le llamó para decirle que estaba cerca de una quebrada de Sonsonate.
“Se durmieron los (delincuentes) que lo tenían y se les fue; pero no tiene ropa y lo han golpeado”, narró la mujer, entre lágrimas, lo que su primogénito le había dicho.
Los militares que estaban en la modesta vivienda custodiando a la familia salieron de prisa del lugar para coordinar la búsqueda de su compañero.
Minutos después hicieron lo mismo los soldados que tenían el retén sobre el puente.
El director general de la Policía y el subdirector, Mauricio Ramírez y Howard Cotto, respectivamente, solo dijeron ayer, en diferentes medios de comunicación, que estaban investigado la desaparición de un soldado.
En contraste con la versión de la familia, algunos policías de Santa Tecla aseguraron que la víctima había llegado por su cuenta a pedir auxilio a la Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP), situada en ese municipio.
Por la tarde, allegados de Carlos Salomón aseguraron que no habían vuelto a hablar con él y dijeron desconocer si los soldados lo habían hallado en el lugar que él les indicó.
La familia del soldado teme que los delincuentes pretendan hacerle daño de nuevo.
Toda la vida han habitado en la zona rural de Huizúcar, subsistiendo de la siembra de granos básicos, y no tienen opciones para marcharse.
Colega de víctima lleva 23 días desaparecido
Los parientes de Marvin Antonio Ruiz Dubón, un cabo que también estaba destacado en la misma brigada que Carlos Salomón, no han tenido la misma fortuna.
El joven desapareció el 25 de enero. La última vez que lo vieron fue en el caserío La Línea, del cantón El Zacamil, en Guazapa. Residía en Agua Fría, un caserío contiguo.
Un pariente de la víctima confirmó ayer que aún no lo han hallado y la respuesta que ha recibido de la institución armada es: “todavía lo andamos buscando”.
El joven había salido a visitar a un amigo. Según las autoridades, al menos dos pandilleros que residen en la zona estarían tras la desaparición.