Desde el 15 de diciembre del año pasado, el parque Cuscatlán cuenta con menos espacio de diversión después de que la alcaldía de San Salvador avaló el traslado de 35 puestos de ventas que estuvieron en un predio contiguo al campo.
La municipalidad otorgó el aval temporal a los comerciantes, luego que se venció el contrato de arrendamiento y de muto acuerdo decidieron no renovarlo.
Tanto vendedores como la alcaldía coincidieron en adecuar la parte central del lugar e instalar los puestos.
El miembro de la comisión municipal de ordenamiento de San Salvador, Irving Rodríguez, explicó que con los vendedores trabajan un proyecto, “el cual se evalúa cada seis meses y vemos la evolución. Esa es la modalidad que trabajamos con ellos, con una especie de permisos estándar”.
Una de las dirigentes de la directiva de los vendedores, Delmy Candelaria Navarrete, aseguró que todos los involucrados estuvieron de acuerdo con el reinstalo y que agradece a la comuna velar por los capitalinos.
“Mejor decisión no pudieron haber tomado. Nosotros estamos muy contentos de vender en el parque y del apoyo que encontramos en la alcaldía”, mencionó Navarrete.
Añadió que en la plaza Roosevelt no vendían lo necesario y “se ha visto un cambio desde que estamos en el parque. Por ejemplo allá vendíamos dos o cinco panes, acá (parque Cuscatlán) vendemos de 10 a 20 panes y tenemos más ganancias en todo”, contó.
Los que visitan el lugar están de acuerdo con la nueva disposición municipal, ya que les facilita comprar alimentos cuando llegan al parque.
Flor Cañas es asidua visitante y junto con sus tres hijos han hecho del parque su lugar recreativo.
Cañas afirmó que desde que los puestos de comida están en la zona, el número de sus llegadas ha incrementado.
“Antes veníamos solo los viernes. Hoy venimos sábado y a veces hasta domingo. La verdad es que nos gusta verlo más lleno, así da más confianza venir”, relató Cañas.
La seguridad la brinda un grupo del Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM).
Su director, Gilbert Cáceres, explicó que la prioridad es “cuidar a la población” y desde las 6:00 de la mañana que se abre el parque hasta las ocho de la noche, “hay vigilancia continua. Lo que queremos es que la gente se sienta segura de llegar al parque”.