Dependiendo en la situación particular de cada uno, la proximidad del Día de San Valentín puede resultar una idea ‘feliz’ o una razón más para estresarte o sentirte sola. Para todos es diferente, pero todos de alguna manera u otra hemos sentido la necesidad de encontrar a esa persona especial que hará nuestra vida mas completa y la mejor experiencia posible.
Ponemos una enorme cantidad de presión en asegurarnos de estar en alerta y predispuestas, en caso de que ‘el amor de nuestras vidas’, toque a nuestra puerta. Los sitios de internet están repletos de información y consejos, con pasos detallados en cómo, dónde y cuándo encontrar a esa persona tan especial.
Pero lo que nadie nos explicó en realidad, es que esa persona tan especial que buscamos, la hemos encontrado hace mucho tiempo. Esa persona que tiene la habilidad de decidir si podemos ser felices o no, la misma que puede empujarnos a cumplir nuestros sueños, esa persona que nos ayuda a levantarnos cuando sentimos que no podemos más, quien es responsable por cada logro y quien decide cuando hemos llorado lo suficiente y cuando es hora de lavarnos la cara con agua fría y volver a pintar una sonrisa en esa cara dolorida.
DESCÚBRELA
Esa persona ha estado contigo todo el tiempo, esa persona eres TÚ MISMA. En el afán por encontrar la felicidad, ponemos todo el peso en ese hombre que algún día conoceremos y hará nuestra vida un cuento de hadas. Cuando en realidad, el ser feliz, depende cien por ciento de uno mismo.
La mayoría de las relaciones amorosas tienen buenos comienzos, ambas partes están predispuestas a tratar de conocer al otro para ver si se trata ‘del amor de sus vidas’, pero al poco tiempo, muchas de estas relaciones, parecen no soportar la presión y terminan. Cuantas veces luego de que una relación se termina, no te has preguntado: ¿qué hice mal, por qué terminó si empezó tan bien?
La respuesta, es quizás más simple de lo tú piensas. La mayoría de nosotros no invierte mucho tiempo conociéndose a sí mismo, y mucho menos queriéndose y respetándose. Es más común de lo que piensas que si alguien te pregunta en este momento cuál es tu libro, color, comida, actividad favorita, tengas que tomarte unos minutos o tal vez más tiempo, para pensar cuáles son.
Cuando no eres feliz como individuo, y piensas que serás feliz cuando encuentres a alguien, le das la responsabilidad de tu propia felicidad a otra persona. Y lamentablemente no funciona así. La verdad es que no existe una persona ‘mágica’ que aparecerá en tu vida y te hará feliz por siempre. La verdad es que las parejas que logran ser felices, son aquellas que eran felices como individuos antes de conocerse.
Si dedicas tiempo a conocerte a ti mismo, a crecer como persona, a saber qué es lo que te hace realmente feliz y que es lo que no lo hace. Si dedicas tiempo a cultivarte como ser humano, a aprender esas cosas que siempre admiraste y te preguntaste como se hacen, si ocupas parte de tu tiempo en servir a los demás, y en conocer tu alma, la felicidad será parte de tu vida y estarás listo para conocer a alguien que es feliz como individuo y que desea compartir su felicidad contigo.
No importa si estas solo o acompañado, no dejes que tu felicidad dependa de la presencia de alguien más. Dedica tiempo a ti mismo, ese es el mejor regalo que te puedes hacer para esta fecha tan especial.
Cuando viajas en un avión, la azafata hace una demostración de que hacer en caso de un accidente aéreo. Las instrucciones incluyen por donde salir, que puertas usar, como abrirlas, etc. Pero la parte más importante, es que en caso de falta de oxígeno, tú debes colocarte la máscara primero, antes de ayudar al pasajero que viaje a tu lado.
No puedes hacer a alguien feliz, si tu no lo eres. No puedes dar de lo que tú no tienes. Busca tu propia felicidad, y de seguro, el amor de tu vida, te encontrará y estará esperándote, cuando estés listo para compartir lo que tú eres como individuo.
Mariel Reimann, KSLespañol