Si abusaste de las comidas procesadas, las grasas saturadas, las carnes rojas y las bebidas alcohólicas en la temporada navideña es probable que comiencen a aparecer síntomas como cansancio, fatiga, dolores de cabeza, ojeras, sensación de embotamiento, estreñimiento e hinchazón.
Eso significa que es el momento adecuado para comenzar una depuración del organismo de todas esas sustancias tóxicas. En primer lugar, bebe por lo menos ocho vasos de agua al día, consume licuados de vegetales y frutas crudas, evita alimentos y bebidas procesadas.
Incluye en tu alimentación todos los alimentos ricos en vitamina C como las naranjas, mandarinas o el tomate, ya que es una vitamina hidrosoluble que facilita la desintoxicación y ayuda a reducir efectos secundarios como dolor de cabeza y náuseas.
El brócoli ayudará a que las enzimas hepáticas se activen para el proceso de la depuración, además de la remolacha que contiene betaina, esta promueve la regeneración de las células del hígado y especialmente el flujo de la bilis. La bilis se encarga de desechar la grasa que va a ser eliminada por el cuerpo.
Elige también ajo y cebolla porque son ricos en compuestos de azufre y contribuyen en la desintoxicación especialmente de productos químicos. El jengibre es una especie que colabora con el funcionamiento del aparato digestivo y además tiene propiedades antioxidantes y ayuda a desinflamar.
De acuerdo con la nutricionista Rocío Rivera “el tiempo para depurar el organismo es el mismo que utilizamos para abusar de sustancias tóxicas”, es decir, si fue una semana de exceso o abuso deberá depurarse o desintoxicarse el organismo durante una semana. Realiza el proceso cada vez que sea necesario, generalmente se hace tres veces al año, por las épocas festivas.
Un día de desintoxicación
El desayuno debe ser un licuado y que puedas ir variándolo todos los días, puedes hacerlo de vegetales verdes que lleven vitamina C y clorofila, de frutos rojos como fresas o tomates e incluir alimentos proteicos y carbohidratos como una tostada con queso o agregar al licuado yogur o avena para que sea un desayuno balanceado.
En el almuerzo consume una ensalada que incluya como mínimo dos tazas de vegetales salteados utilizando un poquito de aceite de oliva y añade pechuga de pollo en trozos, semillas, granos de maíz y una tostada de pan integral.
La cena es un tiempo liviano donde puedes consumir una sopa que contenga verduras y como proteína una tortilla con queso o frijoles, si es de pollo o pescado no necesitas agregar nada más. Puede ser también una crema de tomate, de zanahoria o de espinaca, incluso una sopa de frijoles. Estas opciones son bastante económicas y fáciles de hacer. Entre las comidas puedes consumir no más de una taza de fruta o 1/4 taza de semillas.
Sabrás si estás haciendo bien el proceso cuando “los síntomas comienzan a desaparecer y aumente la frecuencia de idas al baño y te sentirás más liviana o deshinchada”, indica Rivera.
Fuente: Rocío Rivera, msc, Nutricionista. Centro Integral de Nutrición, teléfono: 2263-4909, Calle Padres Aguilar N° 421, Colonia Escalón.