Religiosa apoya a comunidad con charlas de valores

Muchos jóvenes estaban desorientados porqué no había nadie guiándoles, había mucha falta de valores en la familia.

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El apoyo de la misionera ha sido vital, según los miembros de la comunidad, quienes aseguran que gracias a ella se ha logrado paz entre instituciones de la zona. Foto EDH / insy Mendoza

Por Insy Mendoza comunidades@eldiariodehoy.com

2014-12-30 7:00:00

LA UNIÓN. María Luisa Meza es una misionera de la Orden de Vírgenes Consagradas, se dedica a la evangelización y a trabajar en temas preventivos en las comunidades de la zona costera del municipio de Conchagua.

Llegó al sitio en 2007 acompañando a sus amigas doctoras que trabajan con la fundación Ágape, ella aprovechaba su visita para evangelizar a niños, jóvenes y adultos.

Trabajando de esa forma conoció la Fundación para el Desarrollo de El Tamarindo (Fundatamarindo) y supo que era necesario implementar un programa orientado a la recuperación de los valores morales y a la formación de jóvenes. En Fundatamarindo decidieron que se implementara dicha estrategia. y en 2011 se empezó a trabajar en las comunidades con abandono espiritual y material.

“Era peligroso, pero por eso es que comenzamos el programa con los jóvenes, en ese entonces habían todos los días asesinatos, era una locura, pero como ya los conocía decía hoy tengo que ayudarles, más no tengo que abandonarles”, recuerda la religiosa.

Asesoró a jóvenes y los formó para que evangelizaran, les enseñó formación humana y espiritual. Hoy esos jóvenes son los encargados de impartir clases de valores espirituales, sin afectar el credo religioso de cada estudiante o familia de dichas comunidades.

“Estos muchachos que hoy son líderes y llegan a cada escuela, antes tenían pena de hablar en público, les enseñé a tocar la guitarra, clases de oratoria y se están desempeñando a lo máximo”, agrega Meza.

Aminadal Arias del cantón Llano de Los Patos, es el primer joven que formó y hoy esta encargado de dar charlas a las escuelas. “Para mi es una bendición este programa, antes trabajé en la Iglesia, tengo tres años y medio de formar parte del programa de la fundación; la ayuda en la formación que la misionera nos ha dado ha sido de mucha utilidad,” señala.

Coordinó con los directores de las tres escuelas de El Tamarindo, El Jaguey Maculis para tener el permiso de hablar con los niños y adolescentes para inculcarles valores, tuvieron la autorización e iniciaron con alumnos de séptimo a noveno grado.

Fue tanto el éxito que los directores pidieron que se incrementaran las charlas a todos los grados. La misionera logró romper con las viejas rivalidades de territorio estudiantil que tenían en la zona.