“Cada día era igual al siguiente y al anterior, no había cambios, ya no había sorpresas, sólo monotonía. Sabía que un día terminaba y que el siguiente llegaba por que anochecía y amanecía; fue entonces cuando la conocí. Le fui infiel, y luego de que me perdonara, se lo hice otra vez”.
Según la ciencia, los seres humanos estamos ‘diseñados’ para creer lo que escuchamos. Aldert Vrij, profesor de Psicología de la Universidad de Portsmouth en el Reino Unido, dijo: “la gente se enfrenta más a menudo con información verídica que con mentiras, así que pensar que alguien está diciendo la verdad es una estrategia más segura que decir que alguien está mintiendo”, por lo tanto, si funcionaremos de manera opuesta, sospechando de todo el mundo, no podríamos existir en sociedad.
Si a este hecho le sumamos que en las relaciones amorosas, la persona que posiblemente nos esté mintiendo es la persona a la que amamos y con la que por opción y decisión propia elegimos para compartir el resto de la vida, el poder determinar cuando esta nos está mintiendo se hace aún más difícil. Pero, ¿por que ser infiel en vez de terminar con la relación del presente y comenzar con la otra? “Porque aún amaba a mi esposa, pero la mujer que conocí me sorprendía, me daba adrenalina, espontaneidad, algo nuevo cada día, pero mi esposa me daba contención, tranquilidad, estabilidad, amor incondicional y la certeza de que cada día podía despertarme preguntándome que día era, pero nunca, si mi esposa aún me amaría ese determinado día”.
Al escuchar esto, lo primero que viene a mi cabeza es el famoso dicho, “quería lo mejor de los dos mundos”, y lo cierto es que ese sentimiento es natural, todos los seres humanos soñamos con eso. Pero la pregunta del millón, es: ¿Puede tenerse lo mejor de los dos mundos?
Retrocedamos a cuando esta pareja se conoció, las primeras citas, aquellos días llenos de pasión, de mariposas en el estomago, de aventuras. Aquel tiempo en el que las noches eran interminables cuando sabían que se verían al día siguiente, cuando lo único que ocupaba la mente de ambos era el pensamiento del otro.
Ahora la pregunta es: “¿a dónde se fue el amor?”. En el blog de Tracey Cox, especialista en relaciones, ella menciona algunas de las razones por las que las personas llegan a cometer infidelidad señalando que una de las más comunes es la de llamar la atención de la persona que tienen al lado. “Si su pareja ha estado tratando desesperadamente de decirle que no es feliz, pero no se siente escuchado, el engaño podría ser un grito de ayuda (aunque no sea una manera conveniente de abordar problemas de relación)”, explica.
Ella también menciona que la infidelidad puede surgir como el producto de una conducta radicada en la persona, y en estos casos, la infidelidad es un patrón constante y la persona pierde la capacidad de sentirse culpable por el engaño. Por otro lado un estudio señala que un gran porcentaje de los engaños suceden por sexo o por la ‘necesidad emocional de tener algo nuevo o diferente’. Según una encuesta realizada por Netscape, entre el 38 y el 44% de los hombres lo hacen por esta razón, mientras que sólo el 20% de las mujeres deciden engañar por los mismos motivos. Siendo la necesidad de atención emocional la causa número uno de porque las mujeres engañan.
Aunque la mayoría de los estudios sobre el tema señalan que determinar que cuando una persona ha sido infiel esta volverá a serlo, es casi imposible, el dar una segunda oportunidad no se trataría de una idea descabellada. Si la persona que ha sido infiel no quiere dejar a su esposa o esposo por la persona con quien está cometiendo la infidelidad, en la mayor parte de los casos en donde no hay otros intereses incluidos, la razón está relacionada con los sentimientos que este aún tiene y los llamados de atención.
“Me perdonó, pero nunca hablamos del tema. Todo siguió como si nunca hubiera pasado nada, y el vacío comenzó otra vez. Traté de decírselo, pero no me escuchaba y comenzaban los reproches. Conocí a alguien más y la volví a engañar. Ella me perdonó otra vez, pero yo la dejé. Nunca le dije por que la dejaba. Nunca más la vi. Nunca supo que la dejé porque la amaba más que a mi vida y yo no podía perdonarme lo que le hice”. Roberto nunca más vio a su ex esposa, y nunca hablaron de los por qué.
El matrimonio y las relaciones de amor son entre humanos, y por ende no son perfectas. El perdón, la paciencia, el amor y la comunicación son algunos de los requisitos principales para que la receta funcione. Si hay infidelidad, pregunte, averigüe, si aún hay amor, aún hay esperanza. Y recuerde que al principio ambos tuvieron lo mejor de los dos mundos, nunca olvide que usted determina qué es lo mejor del mundo que usted creo con su pareja, búsquelo, usted lo creó, sólo hay que traerlo una vez más.
Mariel Reimann, Media Manager de KSLespanol