Lucía: una sonda en la uretra y una colostomía no le impiden trabajar

Cubre su abdomen con un pañal y lo fija con tirro

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La vida continúa, afirma Lucía Preza López. Ella usa silla de ruedas desde hace 10 años luego que un vehículo la atropellara mientras caminaba por una acera. Fotos EDH / Claudia Castillo

Por Lilian Martínez servicios@eldiariodehoy.com

2014-10-25 8:00:00

Los últimos diez de sus 39 de vida, Lucía Preza López ha recolectado chatarra para sobrevivir. Su hija de 11 años la acompaña todos los días a buscar el material.

Algo que se le facilita con una silla de ruedas eléctrica… La silla le sirve para continuar con sus actividades cotidianas y valerse por sí misma. Esto pese a que el 5 de junio de 2004, en el kilómetro 18 de la Troncal del Norte, un automóvil “la levantó de la acera” por donde caminaba y la dejó parapléjica y con una sonda en la uretra.

Desde hace un año, Lucía enfrenta una nueva prueba. Ella explica que le salieron unos abscesos en la nalga derecha, por lo que recibió atención médica en el hospital Zacamil. Ahí le hicieron una colostomía, respecto a la cual un médico le explicó que “había necesidad de sacarle los intestinos” para evitar contaminación con las heces.

Como resultado, desde hace un año Lucía cubre su abdomen con un pañal desechable que sostiene con esparadrapo o con tirro.

Esa condición no ha sido obstáculo para que siembre maíz en el patio de su casa en una lotificación ubicada en el kilómetro 16 y medio de la carretera Troncal del Norte. “Con eso me relajo”, afirma.

Además, sale todas las mañanas a buscar desechos de metal para vender lo recolectado a una chatarrera y acarrea leña.

Así consigue el dinero necesario para los alimentos y el pago de electricidad y del alquiler de la vivienda que comparte con su hija. “Tengo que rebuscarme. Ahorita me estoy poniendo pampers, porque no alcanzo para ponerme bolsas”, explica.

Así será mientras los médicos decidan si es posible operarla o si lo mejor es que continúe con sonda y el orificio en el abdomen. Ella dice que desde hace un año espera que la vuelvan a operar para que le cierren el abdomen.

“Gracias a Dios, el Señor me da fuerza. No es fácil estar con una situación así. A veces me siento bien deprimida. Es bien difícil y yo le digo: ‘Señor, bendígame para poder sobrevivir y poder llevar las cosas adelante. (…) El Señor siempre le provee a uno, pero no es todo lo que uno necesita”, afirma.

Además de los gastos arriba mencionados, cada vez que Lucía tiene cita en el hospital debe reunir $24 para pagar el taxi que la llevará y traerá del hospital. El miércoles tenía cita con el Urólogo y pagó el taxi. Sin embargo, el médico no acudió al hospital. Ella preguntó la razón y la enfermera no supo qué decir.

En ese centro, “cuando hay”, le dan sondas y bolsas. Lucía explica: “Cuando no hay me toca conseguir para comprar pampers, toallas húmedas, tirro… Hay unos tirros especiales pero no alcanzo para comprar, tengo que comprar tirro corriente”. El tirro ha la lastimado la piel de su abdomen.

Pese a todo, Lucía no piensa solo en sí misma, sino que también cuida a su hija Alejandra y a un anciano que fue abandonado por su familia.

La niña abandonó la escuela hace un año, cuando operaron a Lucía. “Yo le digo: ‘Yo te quiero, yo te amo. La verdad es que vida sigue y mientras yo viva te voy a defender, te voy a cuidar”, explica la mujer. “Ella me pide muchas cosas, yo le digo ‘no tengo’. Al nomás Dios me bendiga, yo te voy a comprar, zapatos, ropa’. No tiene ni ropa y eso me duele a mí ver”, añade.

Si usted quiere ayudarles con alimentos, ropa, pañales, bolsas para la sonda o esparadrapo puede ponerse de acuerdo con Lucía al teléfono: 7033-4216.

Si lo prefiere, puede depositar su ayuda en la cuenta corriente 003440458460 del Banco Agrícola.