Patricia Dalponte, una mujer visionaria con un sentido social muy arraigado

Su buen gusto, estilo y las ansias de aprender siempre más, han llevado a Patricia Dalponte a la asesoría y el mejoramiento de la imagen de personas y empresas.

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2014-10-14 10:30:00

Por Yeny Letona

Amable, sonriente y dinámica. Su carisma le ha permitido llegar lejos en sus relaciones en Centro y Sudamérica, tanto así que junto a un selecto grupo de profesionales establecieron la firma Berdal S. A. de C. V., empresa dedicada al cuidado de la imagen de ejecutivos, empresas e instituciones por medio de programas de asesorías y capacitaciones.

La empresa, que tiene 10 años de experiencia, brinda asesoría en ‘marketing’ personal, lenguaje corporal, ‘coaching’ profesional, etiqueta y protocolo, servicio de ‘personal shopper’ (acompañamiento de compras de vestuario y accesorios), estudio de color y manejo de eventos corporativos.

Su trayectoria inicia con el diseño de moda que desarrolló desde muy pequeña por lo que decide tomar un curso de alta costura en Coatepeque, Guatemala, donde residió desde los dos años. Esto le permitió realizar diferentes desfiles de moda a beneficio del hospital de esa localidad. Dicha labor le permite ayudar en la construcción de una nave para niños recién nacidos, que luego equiparon por medio de diferentes actividades y con la ayuda de personas altruistas.

Posteriormente se lanza en la confección de ropa para niños, la cual cobró mayor auge cuando nacen sus hijos. Luego decide incursionar en la rama de prendas elegantes y establece un taller de vestidos para primera comunión y para boda, lo que le permitió contratar a seis personas.

Dalponte relata que el gusto por el diseño le fue heredado de sus familiares maternos, que siempre se caracterizaron por ser muy creativos con las manos. Eso la impulso a salir de Guatemala para iniciar sus estudios universitarios en Estados Unidos. Luego decide regresar a El Salvador y estableció su taller, pero se pregunta “¿y qué estoy haciendo aquí?”, recuerda Dalponte.

VUELTA A SUS RAÍCES

Cuando decide que es tiempo de regresar a Guatemala, le llaman para colaborar en la remodelación y restauración de Casa Presidencial, durante el período del presidente Calderón Sol. Ese fue el primer gran proyecto que realizaba en el país y el que le permitió darse a conocer localmente. “Cuando terminó el proyecto de Casa Presidencial, digo: ‘Señor, estoy pasando ciertos problemas personales lo que me dice que debería regresar a Guatemala’ y entonces me llama la secretaria del vicecanciller Lagos Pizzati”.

Dalponte cuenta cómo este proyecto le hace quedarse en El Salvador casi tres años, pues implicaba el diseño de interiores y la restauración de todas las esculturas. Trabajando en Cancillería, Pizzati le pide que le ayude a organizar la fiesta para el presidente Carlos Menem, algo para lo que estaba preparada pues su madre hizo que de pequeños tomaran clases de baile, de etiqueta y protocolo porque decía “los niños tienen que aprender todas estas cosas”.

Como todo niño de su edad, ella se preguntaba para qué, sin saber que le servirían para toda la vida. Patricia Dalponte se crió en medio de una vida social muy activa, en su casa siempre había festejos a raíz del trabajo de su padre, eso le permitía moverse con soltura a la hora de estar en cualquier festividad de grandes magnitudes, “traía incorporado un ‘full package’, relata entre risas.

Cuando Lagos Pizzati le propone el reto, ella quedó fascinada, ya que su área fuerte era el diseño de interiores por lo que pone en marcha el montaje de la fiesta para el presidente argentino. “Yo me veía en él, los colores de las paredes, ese amarillo color oro, era un estilo imperio, lo estudié para tratar de que fuera lo más similar a la época. Me parecía que era importante rescatar los elementos originales con los que la Cancillería había sido construida”, recuerda. Ese evento le abrió muchas puertas.

CON LA IMAGEN PERSONAL

En una nueva faceta, Patricia Dalponte decide prepararse en la rama de la imagen personal e institucional, especializándose en el diagnóstico de la imagen y en la resolución de problemas de comunicación interna. Recopila en un documento su evaluación y le presenta al cliente sus necesidades de proyección de imagen.

Sus primeros clientes permitieron que su trabajo se fuese expandiendo y que además la banca se interesara en ella. Es así como Dalponte es contratada para impartir cursos de imagen a todas las asistentes de gerencias bancarias. La demanda fue creciendo lo que le obligó a estudiar en el Instituto Francés de Imagen.

Fue invitada a representar a la industria de la confección en Estados Unidos por medio de la Organización Mundial del Comercio. Para Dalponte los retos solo eran un motivo más para crecer profesionalmente y seguir expandiéndose en el mercado.

Actualmente trabaja 100% con la imagen personal, debido a que hubo un trabajo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) que le permitió ayudar en un proyecto piloto que consistía en ir a comunidades muy pobres, basándose en una metodología llamada Producto por Pueblo.

El proyecto estaba ubicado en las cuatro zonas más pobres de Morazán y San Miguel, y trataba de enseñarles a mujeres de 400 familias en el área rural cómo utilizar una metodología para elaborar de la mejor manera sus artesanías y poder venderlas.

“De estas mujeres aprendí que aunque solo se tenga sal y tortillas para comer, la vida es alegre, son personas que nunca se quejan, muchas mujeres lo único que necesitan es la oportunidad de poder aprender o descubrir qué tienen cada una para poder dar”, manifestó Dalponte.

A muchas de estas mujeres artesanas las trajo a San Salvador para que interactuaran con empresarias en una conferencia y posteriormente las llevó a un centro comercial para mostrarles una tienda de artesanías para que se dieran cuenta que contra eso estaban compitiendo, relató.

Entre lágrimas y un nudo en la garganta, Dalponte recuerda que al terminar la conferencia le preguntó a una de las artesanas que trabajaban con ella sobre qué fue lo que más le había gustado, a lo que le respondió: “Entender que tengo valor propio y quitarle la autoridad a mi marido de decirme que soy tonta, porque no lo soy”, dijo.

Llega la certificación

Patricia Dalponte recibió la certificación internacional como Coach avalada por la Escuela Dion. Lo hizo motivada por su amigo Carlos Romero, con el fin de trabajar apoyando a las personas a conocerse a sí mismas utilizando un método e implementando cambios en su imagen personal, muy diferente al asesor de imagen que les dice cómo hacer los cambios ciñéndose a un documento, señaló. La certificación abre la brecha para poder trabajar con clientes en toda la región Centroamericana y Ecuador

Para mejorar nuestra apariencia e imagen, Patricia Dalponte nos recomienda:

1. Quienes tienen sobrepeso no deben recurrir a prendas flojas o muy ceñidas al cuerpo, debe ser a su medida, holgada.

2. En el caso de las mujeres, si tienen brazos gruesos no se debe limitar a usar blusas manga larga, puede usar variantes. Si son de tirantes, estos deben ser gruesos.

3. En el caso de los caballeros, es importante que dejen el estilo relajado y acoplarse al estilo de vida que tienen. Por supuesto que pueden usar las camisas por dentro, andarlas sueltas no disimula las libras de más.

4. Los hombres deben aprender a ser más atrevidos y combinar camisas estampadas con corbatas estampadas, no ceñirse al sólido con estampado, si no lo sabe hacer bien en el almacén le pueden mostrar opciones que vienen con cada marca.

5. Al ir de compras es conveniente dejarse acompañar por alguien de confianza, que sea objetivo al juzgar como queda una prenda. Esta persona debe ver el rostro, el cuerpo, no la prenda.

6. Las mujeres deben usar vestidos eventualmente, utilizando los largos adecuados según su cuerpo y el lugar donde los lucirá. Debe vestir según el lugar en que se encuentra, la profesión que realiza (sin abusar ni lucir desarreglada).

7 En el caso de los hombres, es básico que la transición entre el zapato y el pantalón pase casi desapercibido, que los contrastes no sean demasiado drásticos y que el cinturón tenga relación con los zapatos, color, estilo, etc.