Es recomendable que las personas cercanas a la pareja tienen que ser sutiles al momento de dar sus opiniones, pues las emociones están a flor de piel y un gesto o comentario negativo puede causar que el estado de ánimo de la pareja y aún más el de la novia se altere en segundos.
Por Lissette Ábrego Arias
La imagen de una novia fuera de control antes de la boda es un personaje común en las comedias románticas. En ellas, las protagonistas interpretan con mucho humor cómo los nervios y el estrés las traicionan llevándolas a convertirse en novias neuróticas o “bridezillas”, como se les conoce en inglés.
Pero ¿existe realmente este tipo de mujeres? ¿qué tan frecuente se dan esos casos y cómo esto puede afectar el desarrollo de los preparativos y la ceremonia?
Distintos planeadores de boda coinciden en que hoy en día es frecuente que las chicas sufran de histeria durante los preparativos o el mismo día del casamiento, sobre todo si la pareja no cuenta con una persona que la asesore, guíe y ayude en todo lo que necesiten para organizar el evento y garantizar que este sea un éxito, tal y como lo han soñado.
Algunos de ellos comentan que incluso hay quienes sufren de tensión y ansiedad con solo el hecho de pensar que están a punto de planear uno de los eventos más trascendentales de su vida y que todo debe ser perfecto, pues no habrá segundas oportunidades. “Hay quienes inclusive desde el mismo día del compromiso comienzan a sufrir de estrés”, añaden.
Experiencias vividas
Eso lo sabe muy bien Glenda Rodríguez, quien en los últimos años se ha encargado de planificar decenas de bodas en las que ha trabajado con todo tipo de parejas. Con base en su experiencia asegura que hay muchos factores que pueden hacer que una novia pase de ser dulce, amable, educada y tranquila a convertirse en una mujer alterada y grosera.
Según la ‘wedding planner’, entre los comportamientos más comunes que adopta una “novia neurótica” está el entrar en crisis en cualquier momento y por cualquier causa, tirar al piso lo que tiene a su alcance, pelearse con todo el mundo, soltarse a llorar, gritar, insultar o culpar de una determinada situación a los que están a su alrededor.
Cualquiera que sea testigo de este comportamiento en menor o mayor frecuencia e intensidad puede decir “la novia se volvió loca”, pero según Rodríguez hasta cierto punto es normal. “Todas las novias son diferentes pues lo que a unas puede sacar de control a otras no y está claro que no hay novia neurótica sin motivo”, agrega.
“Este síndrome se asocia con el temor al compromiso, a la pérdida de la libertad. Además, el hecho de casarse implica dejar la familia de origen para formar la propia, en donde se plantean eventuales cambios de costumbres y valores. También el ‘para toda la vida’, sumada a los valores religiosos, que indican que esta unión es ‘hasta que la muerte los separe’, genera presión, temor y tensión que hasta puede generar una actitud fóbica al compromiso”, detalla Claudia Egle Fortich, siquiatra del Poder Judicial de La Nación, de Argentina, para un artículo publicado en el sitio servidorpruebacr.blogspot.com.
Clave: organización
La tensión puede ser más cuando han decidido organizarla por sí mismos. Según relata Rodríguez, hay parejas que se estresan al límite cuando han fijado una fecha y al comenzar a realizar los preparativos se percatan que son tantos que el tiempo no les alcanzará, pues en la mayoría de casos ambos trabajan. Es allí que muchos corren desesperados en busca de una planeadora que los auxilie.
Lo mismo ocurre cuando van de proveedor en proveedor. Van notando cómo el presupuesto se eleva y están en el dilema de recortarlo o eliminar ciertos detalles que tenían contemplados. “No es lo mismo pagar por un servicio a un proveedor que pedirle un paquete. Por ejemplo, a una pareja le conseguí gratis el salón para la boda civil a cambio del alquiler del salón para la fiesta, la decoración y el banquete. Nosotros conocemos a los proveedores y podemos negociar consiguiendo descuentos increíbles, porque si una pareja llega a pedir un servicio se lo dan a precio regular”, acota.
Caos familiar
Una novia también puede estallar por razones familiares, sobre todo cuando los parientes quieren opinar y decidir sobre detalles como el vestuario de los novios, lugar de ceremonia y recepción, decoración, flores, música, banquete, a quién invitar y a quién no, entre otros.
Si se presenta el caso, los novios deben agradecer a sus familiares el interés y aclarar de forma cortés que las decisiones las tomarán ellos como pareja, pero si son los parientes los que costean el matrimonio tienen que llegar a un entendimiento.
La indecisión es otro motivo de crisis, pues hay parejas que no tienen claro el concepto que desean para su enlace o en el camino van cambiando de idea cuando comienzan a ver fotos de diferentes bodas y quieren copiar una u otra cosa.
Para evitar que eso ocurra lo más recomendable -comenta la planificadora- es que luego de que definan un concepto que les agrade a ambos dejen de ver imágenes de bodas en los sitios de internet, asimismo que no vean el salón sino hasta que vayan llegando de la iglesia (previo a eso ellos han visto muestras de cómo quedará el montaje, tal como se hace con las pruebas de peinado).
EL DÍA “D”
El gran día llegó. Todo marcha viento en popa hasta que te das cuenta de que comenzó a llover, el pastel no ha llegado, hubo un retraso en el montaje de la decoración, el buqué no es como lo querías o amaneciste en uno de esos días donde no te gusta como te queda nada y aunque pasaste cuatro horas en el salón de belleza para la prueba de maquillaje y peinado ahora ya no te gusta como te ves.
Para evitar que cualquier situación de este tipo te irrite y saque esa “bridezilla” que llevas dentro, los planeadores de boda sugieren que siempre tengas un ‘plan B’, seas previsora y antes de salirte de tus casillas analices la situación para darle la mejor solución. Debes tener en cuenta que hay situaciones que no están en tus manos y que hagas lo que hagas no podrás cambiar, por ejemplo el clima.
“Todo es cuestión de organización”, dice Glenda Rodríguez y detalla que por ejemplo en el caso del ramo piden a la floristería que el buqué llegue con varias horas de anticipación para que la novia lo vea y si quiere hacer alguna modificación se haga a tiempo para la ceremonia.
Si es época de lluvia tener preparados paraguas grandes para los novios y los invitados. Si el banquete es a cielo abierto colocar canopis transparentes para que no interfieran con la decoración.
Si a pesar de todos esos intentos sale esa “bridezilla” tómate un momento para respirar y controlarte, así aunque sufras de una crisis esta desaparecerá pronto y no afectará en nada los preparativos ni la boda.
“Si la madre, la familia, las amigas o madrinas hacen un gesto de desaprobación o un comentario inadecuado como ‘se te veía mejor el otro vestido que te probaste’ o ‘no me gusta como se ve esto, mejor hubieses escogido aquello’, la novia ya no se sentirá cómoda y puede ser que hasta comience a llorar, pelear o gritar, explican.
Si la crítica proviene del novio es peor. Entre las muchas anécdotas que recuerda Rodríguez está la de una pareja en la que el novio no intervino en nada y dejó la organización de la boda a la novia pues él estaba fuera del país y le dijo que lo sorprendiera. El día de la ceremonia cuando vio todo lo que ella había escogido le dijo que esperaba otra cosa, que lo único que le parecía era lo que había planificado para el carnavalito.
Consejos para evitar el estrés prematrimonial
Planificación
Planea el enlace con ocho meses de anticipación como mínimo para que realmente puedas tener la boda de tus sueños. Dedica solo una parte del día a estas tareas, no las 24 horas.
Presupuesto
Infórmate con anticipación de los precios que manejan los proveedores de bodas para que así junto a tu novio hagan un presupuesto realista y no tengan que sacrificar esos detalles que han soñado para hacer de su matrimonio un evento único. Si se toman el tiempo necesario seguramente podrán armar un excelente paquete.
Ayuda
Si piensan organizar la boda sin la asesoría de una planificadora lo mejor es que pidan ayuda a familiares y amigos de confianza a quienes puedan delegar tareas que ustedes por circunstancias como el trabajo no podrán realizar.
Mantén la calma
El estrés y los nervios pueden traicionarte en cualquier momento. Cuando sientas que vas a entrar en crisis deja lo que estas haciendo, realiza ejercicios de respiración, camina descalza sobre el piso, de preferencia césped, luego analiza la situación y retoma tus actividades.
Relájate
Para bajar el estrés es bueno que salgan con sus amigos a un spa, la playa, caminar, el cine o comer, pues así se distraerán un poco. Algunos expertos recomiendan que como pareja se dediquen por lo menos un día a la semana para hacer cosas que no tengan nada que ver con la boda.
A divertirse
Si algo no está saliendo como deseas no desesperes y enfócate en lo bueno que está ocurriendo a tu alrededor. Duerme ocho horas, haz ejercicio, come los tres tiempos, toma mucha agua y piensa en que debes disfrutar cada momento porque el día de la boda se pasará tan rápido que es mejor disfrutar de todo el proceso.
TESTIMONIOS
A punto de ser “bridezilla”
Lucrecia de Garméndez afirma que estuvo a punto de convertirse en una neurótica. “Cuando empezamos a planear nuestro casamiento no pensamos que necesitábamos de un planificador de bodas, pero cuando nos enfrentamos a la locura del pastel, catering, flores, decoración, iglesia, corte de honor, licor, mesa de postre, fotografía, video, etc. me dije ‘alto porque estoy a punto de convenirme en una novia neurótica’. Planear una boda sin la asesoría correcta hace que cualquier novia “normal” pase a ser una maniática. En mi caso ocurrió cuando estaba muy preocupada porque no me quedaba tiempo de nada por cuestiones laborales, fue entonces cuando decidí buscar ayuda de un profesional. Mi consejo es que para no llegar a esos extremos hay que contratar asesoría profesional desde los preparativos”.
“Me estresó mi orquesta”
Eugenia Navas recuerda que días antes de la boda se reunió con las personas encargadas de amenizar la fiesta para darles indicaciones sobre las canciones que bailaría con su nuevo esposo. Para su sorpresa al momento que debía sonar la melodía que habían escogido lo que escucharon fue una pista totalmente diferente. “Me paré en medio de la pista y comencé una discusión a señas con la persona encargada del sonido. Todos le decían que no era la canción pero no la cambiaba. Al final puso la correcta, pero ya me había alterado y hecho pasar un momento muy vergonzoso y estresante porque estábamos frente a todos los invitados”.
Ellos también sufren
Los casos de novios neuróticos también existen. A algunos les da ansiedad y comienzan a comer más, se muestran irritados por todo, el día de la boda se molestan si las cosas no están en el momento que ellos desean y como lo desean. Uno de esos casos, según cuenta la ‘wedding planner’, fue el de un novio que parecía militar y tenía fijación con el tiempo, pues decía que todo lo tenía calculado y al menor atraso de algo mostraba su malestar.