Matan a pareja en San Matías y una niña queda en la orfandad

Algunos vecinos aseguran que el hombre fue soldado. Otros lo vinculan con pandillas

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José Preza y su pareja, María Ramírez, fueron acribillados atrás de su casa, en San Matías, La Libertad. Foto EDH /Douglas Urquilla

Por Diana Escalante Mauricio Pineda Roberto Zambrano sucesos@eldiariodehoy.com

2014-08-27 8:00:00

Los homicidas de José Rubén Preza Huezo, de 35 años, y María del Carmen Ramírez, de 20, esperaron a que la calle principal del cantón El Jícaro, en San Matías, La Libertad, quedara desolada para irrumpir en la casa de la pareja.

Las víctimas fueron atacadas a balazos, a las 11:00 p.m. del martes, en una milpa que colinda con la choza de bahareque donde habitaban junto con su hija de tres años.

La Policía informó que varios hombres llegaron al terreno y forzaron a María y a José a caminar hasta el lugar donde los asesinaron.

Según las autoridades, los delincuentes se ensañaron más con Preza, a quien le dispararon más de diez veces. En la escena fueron hallados varios casquillos de fusil M-16.

Algunos vecinos de la pareja relataron que la mayoría de ellos ya estaban dormidos cuando ocurrió el ataque, por lo que no vieron las características de los homicidas ni por dónde huyeron.

Desde que los lugareños oyeron la balacera y luego el despliegue policial (que se extendió hasta ayer por la mañana), no conciliaron el sueño.

Entre las personas que estuvieron en vela tras el doble homicidio estaban los familiares de Preza, quienes viven a pocos pasos de donde él habitaba con su esposa e hija.

Las autoridades dijeron no tener pistas sobre los homicidas; sin embargo, algunos pobladores sospechan que los responsables fueron pandilleros que llegan de otros lugares a delinquir al cantón El Jícaro.

Otras personas aseguraron que, años atrás, José perteneció a la Fuerza Armada.

Esta versión no pudo ser confirmada por la Policía ni por la Fiscalía.

Hombre asesinado había estado en prisión

Fuentes policiales y vecinos de Preza y Ramírez sostuvieron que él había salido de la cárcel hace más de seis meses.

Algunos lugareños dijeron que José estuvo preso porque habría cometido un delito sexual en perjuicio de una menor de edad; otros aseguraron que fue por violencia intrafamiliar, mientras que la Policía dijo no saber las razones.

Las autoridades señalaron que ambas víctimas tenían tatuajes, pero que no eran alusivos a pandillas, sino que eran artísticos. Esta versión fue confirmada por algunos lugareños, pero otros manifestaron que sí eran miembros de estos grupos delictivos.

Incluso hubo quienes relataron que Preza solía ingerir bebidas alcohólicas y, cuando estaba ebrio, hacía gestos similares a los que identifican a las maras.

La zona donde fue cometido el doble asesinato es considerada tranquila por quienes habitan en ella, pero aseguraron que eventualmente llegan personas extrañas a delinquir.

Hasta ayer por la tarde, las autoridades no informaron cuál es la principal hipótesis del ataque, aunque no descartaron que a José ya lo hubieran amenazado.

Además, del asesinato de la pareja, las autoridades registraron el martes el homicidio de Dennis Portillo, de unos 23 años, quien fue asesinado a balazos en el cantón Santa Rita, de Tejutepeque, Cabañas.

La víctima era habitante de Cinquera, del mismo departamento, y aparentemente no era integrante de grupos delictivos.

Las autoridades no determinaron cuál pudo ser el móvil del asesinato.

Se sabe que la víctima proviene de una familia muy emprendedora que no se metía en problemas.

Matan a un hombre que desertó de pandilla

José Adelmo Anzora Ruano, de 35 años, fue ultimado ayer por la mañana en el caserío La Bajada, cantón Las Delicias, en San Martín, al oriente de San Salvador.

El asesinato fue cometido cerca del kilómetro cuatro de la carretera que conduce hacia San José Guayabal.

Los homicidas lo atacaron a balazos a las 8:00 de la mañana, en medio de una milpa a donde él había llegado a recoger la cosecha.

Según las investigaciones, uno de los atacantes se habría acercado a la víctima a preguntarle la hora y, en ese momento, otros dos sujetos le dispararon unas cinco veces y también lo lesionaron con arma blanca.

Los familiares de Ruano manifestaron que él tenía cuatro años de haber desertado de una pandilla y desde entonces se ganaba la vida como peluquero y haciendo labores de agricultura.

Los atacantes escaparon en un vehículo que los esperaba a pocos metros de la escena, según el reporte de las autoridades.

Fuentes policiales no descartaron que el asesinato haya sido por rencillas entre pandillas, debido a que el hombre había abandonado el grupo delictivo.

Asimismo, en Atiquizaya, Ahuachapán, fue ultimado a balazos José Alexander Bernal González, de 19 años.

El atentado fue cometido la noche del lunes, en la calle principal del caserío Los Paniagua, cantón Izcasquilillo. Sin embargo, fue hasta ayer que hallaron el cadáver.

Las autoridades presumen que el joven estaba ingiriendo bebidas alcohólicas junto con otras personas y fueron ellas quienes después lo asesinaron.

Lugareños que caminaban ayer por la escena del homicidio vieron el cadáver y alertaron a la Policía.

Bernal estaba boca abajo y la cabeza la tenía casi destrozada debido a las múltiples heridas de bala que le provocaron sus verdugos en la cabeza y en el tórax.

El Ministerio Público informó que el hombre era miembro de la pandilla 18 y se presume que lo asesinaron delincuentes rivales.

En más hechos de violencia, una persona que no pudo ser identificada fue ultimada la noche del martes en el cantón La Cañada, en Conchagua, La Unión.