Con frecuencia en las ruedas informativas que lleva a cabo la Presidencia sólo se responde a ciertos periodistas y se deja sin oportunidad de preguntar a otros, además de que se les obliga a anticipar los temas que abordarán, como ya lo hemos dicho en estas páginas. Y lo sucedido en la primera visita a una comunidad, la de Las Palmas al poniente de San Salvador, dice mucho: a los vecinos no se les escuchó, no tuvieron oportunidad de exponer opinión alguna y los únicos que hablaron eran parte del corifeo acompañante.
Y en esto de preguntar, repreguntar y averiguar, hay que enfatizar lo esencial del asunto: el periodista pregunta movido por sus propias motivaciones y por lo que ha ido conociendo, pero lo hace como representante de sus lectores y/o audiencias, como el oidor de comunidades y de la población, como un profesional que va tras verdades y realidades para que otros conozcan.
Y es muy distinto cuando un ciudadano pregunta sobre algo pero sin estar en antecedentes de lo que rodea un hecho, a que lo haga quien viene investigando problemas o sucesos para ofrecer un resumen objetivo de ellos a quienes buscan saber.
Los periodistas somos los oídos del pueblo y también las voces del pueblo, no las únicas pero sí las más dispuestas a entrarle a fondo a un asunto y hablar de ello.
Muchos pueden saber y saber más, pero son pocos los que exponen lo que saben y lo hacen para que se les entienda.
El periodista que asiste a una conferencia informativa, que presencia un evento o que entrevista a particulares y a funcionarios, hay que recordarlo, no está solo, sino que forma parte de un grupo profesional que se encarga de completar datos, investigar hechos y cifras, contactar otras fuentes de información, recoger antecedentes y, como en esta casa se hace excelentemente, también valerse de infografías, ilustraciones y fotos, para que el tema quede claramente expuesto y se pueda consultar en lo sucesivo cuando se trata de diarios e impresos.
Una cosa es la propaganda
y otra las realidades del país
En Estados Unidos lo frecuente es que un entrevistador vaya con su bolígrafo y su libreta y anote comentarios e ideas que expone el entrevistado. Y cuando se trata de emisoras, llevan cámaras y grabadoras.
Y eso se hacía aquí hasta que funcionarios del régimen pasado y el propio Funes desmentían lo que habían dicho, y previendo eso se comenzaron a grabar las entrevistas para demostrar la veracidad de lo publicado.
Se dice en esto del periodismo que la mitad de la población se desvive por salir en diarios y programas, pero que la otra mitad trata de pasar escondida, por lo general los corruptos, los incapaces que no pueden defender sus posturas, los que no hacen nada pero que cobran. Y esto se da en muchos funcionarios que al salir de sus puestos desaparecen como si se los tragara la tierra…
Gracias a los periodistas que indagan y escarban, hay que decirlo, es que la gente de nuestro país no vive en las burbujas donde la quieren meter muchos políticos, las burbujas que se exponen con colores y música en la propaganda y que pintan un mundo de maravillas que simplemente no existe.
Lo que lamentablemente existe es violencia, penurias, desempleo, despilfarros, ostentación de nuevos ricos políticos y pésimos servicios públicos…