SALUD: Los 40 y sus efectos

Mucho de lo "malo" que se le atribuye a la llegada de los 40 años tiene que ver con la acción -o mejor dicho desactivación- de las hormonas, que aunado al sedentarismo forman una terrible combinación.

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2014-08-20 8:00:00

Por Angélica Avendaño

Cumplir cuarenta años implica para muchas mujeres el fin de la juventud, el miedo a la vejez, la menopausia, la pérdida de la figura y principalmente algunos problemas de salud. Sin embargo, esta percepción es cosa del pasado.

“En mí no significa estar vieja y derrotada. Todo lo contrario. Es un estímulo para tener más ánimo para seguir ‘vivita y coleando’. Creo que muchos creen que empiezan a morir, pero yo tengo todo el deseo de estar sana y verme mejor”, cuenta Karla Huezo de 41 años.

Sí, es cierto que muchas mujeres empiezan a sentir molestias físicas que tienen que ver con el abandono de la actividad física, con que modifican o acentúan los hábitos alimenticios, de descanso, de recreación, de trabajo, etc. Todo eso puede desencadenar enfermedades crónicas, incluso algunas que se originaron antes.

La endocrinóloga Alma Rosa Monterrosa menciona cuáles son los problemas que tienden a padecer las mujeres que entran a los cuarenta. “Dependiendo de la carga genética y la forma de vida que haya tenido la mujer, así se pueden o no presentar problemas de salud. Si una mujer se cuidó antes de llegar a los cuarenta, será menos propensa a sufrir enfermedades en su vida”, enfatiza.

Algunas complicaciones

En general a esta edad se presenta la menopausia, y es posible que se desencadenen problemas de hipertensión arterial, dolores lumbares, dolores de articulaciones, colesterol y triglicéridos altos. Los huesos empiezan a descalificarse, lo que puede llevar al desarrollo de osteoporosis, artrosis y otros riesgos músculos esqueléticos, por lo que es importante la prevención a través del consumo de alimentos que sean tolerados por el sistema digestivo.

Sin duda, una de las funciones vitales más afectadas es la digestión, ya que muchos alimentos empiezan a presentarse como intolerantes, sobre todo los que contienen muchos carbohidratos, grasas, azúcares y lactosa.

“Las consecuencias de tener mala salud pueden limitarnos para el diario vivir, el trabajo, las relaciones familiares e interpersonales”, menciona la especialista.

Reglas de oro

“Si desde la infancia se nos enseña a tener buenos hábitos alimenticios, a hacer actividad física, a ser positiva, tener fe en Dios, luchar por nuestros objetivos, tener confianza en uno mismo, cuidar nuestra salud, llevar controles preventivos con el médico, podremos llegar a la vida adulta sanos y sobre todo le enseñamos a nuestros hijos a replicar ese estilo de vida”, dice Monterrosa.

Es por ello que llegar a los cuarenta implica un cambio de estilo de vida y prestar mucha atención a ciertos controles de salud. Se deben realizar estudios de rigor, como por ejemplo la mamografía, que si desde los 35 años es necesario realizar un ultrasonido o mamografía para detectar cáncer de mama, al llegar a los 40 es obligatorio.

Otro examen necesario es un ultrasonido para valorar el estado del útero y los ovarios, para prevenir cáncer o sangrados. Debe chequear colesterol y triglicéridos porque en esta edad las mujeres comienzan el climaterio, pero también se puede descubrir algunos problemas que posiblemente se tenían antes.

Otros de los exámenes importantes que debe hacerse la mujer al llegar a los 40 años es el Papanicolaou, chequeo de lípidos y la densitometría mineral ósea, en las dos regiones principales en donde la osteoporosis puede afectar a las mujeres, que son la cadera y la columna lumbar.

EMPIEZA LOS 4O CON BUENA SALUD

Para mejorar y construir una vida adulta saludable y segura, la especialista recomienda el consumo de ciertos minerales como el calcio, a través de quesos frescos o requesón y de lácteos fortificados, pero deslactosados o semi descremados para mejor la tolerancia.

Consume soya, ya que contiene proteínas que ayudan a limitar la densidad ósea y contribuye a disminuir las molestias del climaterio y la menopausia.

Come frutas y verduras diferentes al día, para adquirir los niveles de ácido fólico, vitaminas y minerales que el cuerpo necesita. Alimentos que proporcionen ácido fólico como jugo de naranja, cereales, espárragos, lechuga, brócoli, espinaca y huevos.

Busca alimentos que contengan antioxidantes, sustancias que actúan contra el envejecimiento celular. Entre ellas están minerales como selenio, zinc, cobre y manganeso; vitaminas E y C, carotenos (en hortalizas de hoja, tomate, zanahoria, frutas amarillas y rojas); flavonoides que son compuestos esenciales para la absorción y el metabolismo de la vitamina C y tienen una acción vaso protectora al disminuir los niveles de colesterol malo.

La vitamina B6 es muy importante para prevenir enfermedades, se encuentra en carnes rojas, cereales, plátanos, leche, atún, pollo y papas. La vitamina B12 es sumamente importante para fortalecer el sistema nervioso, se encuentra en la carne y en cereales fortificados.

Cuida el peso, come saludable, haz ejercicio, diviertete, controla el estrés y trabaja sin abandonar otras actividades.

Por supuesto es sabio eliminar el cigarrillo y disminuir considerablemente la de alcohol y de cafeína. Administra el tiempo de tal forma que “siempre” tengas tiempo para la diversión y el descanso. Esto es vital para la protección de la vida y la salud después de los 40.

Finalmente, si estas preparada desde antes, cuando llegues a los 40 años sabrás que tienes mucha experiencia y puedes enfrentar los problemas de mejor manera, disfrutando el tiempo libre, compartiendo con la familia y amigos, pero sobre todo haciendo revisiones periódicas de la vida para concluir proyectos y crear nuevos.

Consejos prácticos

Ten confianza en ti misma y siempre con un pensamiento positivo.

. Si padeces de alguna enfermedad, busca ayuda con tu médico.

. Evita el tabaco y el licor.

. Come lo más saludable posible.

. Haz ejercicio, camina, corre o baila.

. Practica alguna actividad extra como pintar o estudiar otro idioma, etc.

. Reúnete con familiares y amigos.

. Cree en Dios, en ti mismo y quiérete.

. Acepta tu edad con dignidad y sigue tu vida con optimismo.

Dos mujeres revelan cuáles son sus secretos

– Karla Huezo, 41 años.

“¿Para llegar a esta edad con apariencia de diez años menos? No lo digo yo, no quiero parecer presumida, pero en primer lugar no soy una persona amante del desvelo. Si no tengo nada qué hacer, me meto a la cama a las ocho de la noche para despertarme fresca a las 4:40 de la mañana, que es cuando inicia mi día.

Tomo un vaso de agua antes de ingerir cualquier tipo de alimento. Mi dieta alimenticia la resumiré en que desayuno como reina, almuerzo como princesa y ceno como indigente. Tomo café sin azúcar, una vez al día y antes que las gaseosas prefiero los refrescos o jugos naturales. Estos últimos acompañan mis comidas sin nada de hielo. No tengo privaciones de alimentos. Perfectamente como una canoa de plátano o un trozo de pastel sin ningún remordimiento.

El ejercicio es una pieza importante en mi vida desde que entré a la adolescencia. Mínimo tres veces por semana hago ejercicio durante 45 minutos. Me hice una rutina de ejercicio mezclando Pilates y yoga. Durante el día trato de caminar lo más que puedo. Prefiero subir y bajar gradas antes que usar elevador o cruzar una calle”.

– Rocio Navarrete, 40 años.

“Una amiga me preguntó ¿cómo has hecho para tener buena salud a los 40 años? Me puse a recordar y analizar todo lo que he hecho de forma consciente o no para mantenerme hasta el día de hoy con buena salud.

Debo reconocer que la buena alimentación ha tenido un papel importante y es que en el transcurso de mi vida, siempre mi madre ha procurado darnos la mejor alimentación, evitando excesos de grasas, comida rápida, tenernos siempre una alimentación balanceada, etc.

Otro factor que considero ha sido importante y que hoy veo los resultados es que siempre me motivaron en mi casa a practicar algún deporte. Desde muy pequeña realice varias disciplinas natación, gimnasia, fútbol y ahora voy con regularidad al gimnasio.

No siempre fui consciente que tenía que alimentarme y ejercitarme para tener buena salud, fue al cumplir 30 años cuando comencé a darme cuenta de mis primeros cambios, como yo decía ‘ya siento que hasta el agua me engorda’. Desde entonces he procurado alimentarme mejor (aunque a veces me doy mis gustos) y hacer ejercicio diariamente. He tratado de llevar una vida en general sana, sin excesos, dormir el tiempo necesario, beber agua y hacerme mi chequeo médico anualmente”.