Se estanca el proyecto de canal interoceánico en Nicaragua

En un año el costo del proyecto subió de $40,000 millones a $50,000 millones

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elsalvador.com

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2014-06-24 9:00:00

MANAGUA. Hace un año, Daniel Ortega comparecía desafiante ante los medios de comunicación para presentar al chino Wang Jing. “Ya se encuentra con nosotros… nuestro hermano Wang Jing, aquí está el fantasma en carne y hueso”, decía un Ortega retador, que respondía de esa manera a un pueblo que dudaba que el asiático existiera siquiera.

El nombre de Wang, un completo desconocido en Nicaragua antes de su primera visita documentada al país, ocurrida en septiembre de 2012, comenzó a sonar con más fuerza a inicios de junio de 2013.

A principios de ese mes, se supo que los diputados del oficialista Frente Sandinista en la Asamblea Nacional discutían un anteproyecto de ley para entregar a la empresa del chino una concesión por 100 años para que construyera el sueño de siglos de los nicaragüenses: un canal interoceánico.

La concesión del canal ya cumplió su primer año y aún no se conoce ni la ruta a usar para la construcción de la megaobra. Por ahora solo se sabe que el proyecto costará $10 mil millones más.

Apenas ayer el Gobierno de Nicaragua aseguró que la próxima semana dará a conocer el trayecto que llevaría el Gran Canal Interoceánico que atravesará el país.

El anuncio fue realizado por el secretario de políticas públicas del Gobierno, Paul Oquist, en un encuentro con los jefes de misiones de Nicaragua ante la Unión Europea (UE), indicó la Cancillería nicaragüense en un comunicado.

En el marco de ese encuentro, Oquist “actualizó” a los jefes de misión de las embajadas nicaragüenses en la UE “sobre el proyecto del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua, informando que la próxima semana se anunciará la ruta del mismo”, afirmó la fuente.

El Gobierno nicaragüense y la empresa china HKND Group firmaron el 14 de junio de 2013 un acuerdo marco para la construcción del proyecto.

Luego la bancada del Frente Sandinista aprobó una ley que otorgó por 50 años (prorrogables por 50 años más) la ley que les pedía Ortega para construir no solo la vía interoceánica, sino también dos aeropuertos, zonas francas, dos puertos de aguas profundas (uno en cada océano), una línea férrea y un oleoducto, todo a un costo inicial de $40,000 millones.

La aprobación de la “Ley Especial para el Desarrollo de Infraestructura y Transporte Nicaragüense atingente al Canal, Zonas de Libre Comercio e Infraestructura Asociados”, conocida como ‘ley canalera’, desató un frenesí de consultorías nacionales e internacionales.

Dada la magnitud de la obra proyectada se calcula que habría que invertir entre $900 y $2,000 millones en consultorías, como lo confirmó el mismo Wang la noche que junto a Ortega informó cuales eran las empresas contratadas para ejecutar el proyecto.

Una de ellas es Environmental Resources Management, que prepararía el estudio de impacto ambiental; McLarty & Associates, se haría cargo del lobby internacional; la consultora McKinsey & Company para resolver temas de administración estratégica, y el bufete Kirkland & Ellis, que se especializa en grandes proyectos.

Prosperidad y felicidad

Al anunciar el megaproyecto, Ortega dijo que la construcción del canal permitiría “combatir la extrema pobreza, y a traer bienestar, prosperidad y felicidad al pueblo”, jurando cumplir su palabra en nombre de Augusto César Sandino y Rubén Darío.

Ese discurso pareció inspirar a Wang, que definió al proyecto como “transparente y competitivo”, jurando que respetaría la soberanía nicaragüense “desde el punto de vista legal”, así como “proteger el medio ambiente, el bienestar de las personas y estimular la economía”.

Mientras que Paul Oquist (un estadounidense nacionalizado nicaragüense), como secretario de Políticas Públicas del gobierno de Ortega, presentó a la Comisión de Infraestructura de la Asamblea Nacional una lista de alegres proyecciones económicas.

Estas mostraban un crecimiento del PIB de 10.8 % en 2014, y 15 % en 2015, y que más que se triplicaría el número de ciudadanos con empleo formal, pasando de un poco más de 620 mil a 1.9 millones de personas ocupadas.

Pero datos del Banco Central de Nicaragua (BCN) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) muestran que el país podría crecer entre 4.5 % y 5 %, en el mejor de los casos, mientras que el empleo formal debería mantener la tasa de crecimiento del 8 % anual observada en los últimos años.

Y como parte de la campaña para promover la construcción del canal, el gobierno organizó una gira por China a la que viajaron representantes del sector privado, la academia y grupos ambientalistas para conocer en persona a Wang Jing y también para demostrarles el ‘músculo’ empresarial del chino.

Pero en el país hay una serie de objeciones tanto legales, ambientales, comerciales, financieras, políticas y tecnológicas; sin embargo, uno de los temas que preocupan a los analistas es qué hará Estados Unidos.

Los expertos plantean una interrogante: ¿Dejará Washington que China tenga un enclave en el continente, sobre todo después que otros dos de sus rivales -Rusia e Irán- han mostrado interés en hacer lo mismo?, ¿o volverá Nicaragua a convertirse en peón de una nueva guerra fría?