Desafíos de la familia moderna

La asesora Vanessa Conde de Zablah, graduada de una maestría en matrimonio y familia de la Universidad de Navarra resume en seis puntos los desafíos que se pueden detectar con prontitud

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2014-05-02 11:00:00

FORTALECIMIENTO DEL VÍNCULO MATRIMONIAL

Todas las personas debieran tener clara la definición de qué es el matrimonio y la familia. “Parece mentira, pero la mayoría de los conflictos matrimoniales se dan porque no se tiene claro lo que es el matrimonio, los conyugues van con expectativas tan altas que no son capaces de cumplir”, comenta la experta. Es muy importante que los esposos tengan claro que ambos están para hacer feliz al otro, no buscar la felicidad egoísta. Todos atraviesan crisis matrimoniales, es importante enfrentarlas y verlas como una oportunidad para crecer, mejorar como personas y fortalecer la relación.

COMPARTIR TIEMPO JUNTOS

Cada vez se comparte menos tiempo en familia. Aquí tenemos que hacer una diferencia muy clara: estar no es lo mismo que compartir ¿qué quiero decir con esto? Podemos estar a la par de nuestro hijo, revisando nuestro teléfono, chateando o incluso jugando pero eso no es compartir.

Compartir es dejar de lado lo nuestro y centrarnos en la otra persona, darme yo misma, sin barreras que hagan ineficaz la comunicación. Entonces el primer reto es aprender a platicar, interesarme por los problemas de los demás, saber las ilusiones y anhelos de cada uno, es decir que lo importante para ellos lo sea también para mi. Un pequeño propósito en este campo sería hacer por lo menos una comida familiar juntos, sin televisor, sin teléfonos, disfrutándose mutuamente sin ninguna interrupción.

USO ADECUADO DE LA TECNOLOGÍA

Vivimos en una era, en la cual las distancias se acortan y el mundo se achica y sin embargo las personas se distancian. El lenguaje verbal y corporal es algo que nunca podrá ser sustituido. El reto quizá es aprender a usar las nuevas tecnologías con medida, poner reglas claras en casa y estar dispuestos a cumplirlas, y los padres deben dar ejemplo.

EDUCAR EN VIRTUDES

Dos de las virtudes de mayor importancia el día de hoy son la fortaleza y la generosidad. Vivimos en un mundo adonde se pregona el materialismo desmedido como una fuente inagotable de placer, ante esto tenemos que educar hijos fuertes, que sepan decir no, que se sepan negar a sí mismos en cosas pequeñas para luego negarse en otras más grandes. El individualismo ha cobrado hoy en día una importancia muy grande. Un hijo que solamente piense en si mismo ¿cómo va a ser capaz el día de mañana de comprometerse ante el matrimonio o una familia? No podrá. Por eso se debe de educar la generosidad. Enseñarles desde pequeños a dar de lo suyo a los demás y no solo de lo que les sobra, sino además de lo que más quieren, que aprendan a ser solidarios a pensar en las necesidades de los demás y que sean felices sirviendo a otros.

NO TENER MIEDO A EJERCER LA AUTORIDAD Y A CORREGIR

Los padres tenemos que tener claro que no podemos ser siempre amigos de los hijos. Podemos fomentar una amistad para platicar, que se sientan comprendidos, apoyados, guiados. Pero habrá momentos en los que tenemos que corregir y en los que obviamente no gustaremos a los hijos, no nos preocupemos, ha llegado el momento de ser padres y de cumplir con la maravillosa misión que se nos ha confiado. Es más nuestros hijos esperan eso de nosotros, esperan que los guiemos, que con nuestra experiencia les indiquemos cual es el camino que más les conviene, no tengamos miedo de ser padres.

PROTEGER LA VIDA

Defender la vida del ser humano desde el instante de la concepción hasta el día de su muerte es hoy un imperativo en todas las familias. Esto es así porque solamente en la familia es adonde cada persona tiene una misión insustituible y es amada por ser quien es, con un amor verdaderamente incondicional. Que cada quien se sienta querido y apreciado por ser como es, sin importar sus defectos y de la misma forma recibir con ese mismo amor a cada nuevo ser que forme parte de la familia. Quienes tenemos que llevar la batuta somos siempre los padres. Como pareja tenemos que tomarnos el tiempo para platicar y ver cuales son los valores importantes para nuestra familia, qué vamos a permitir y qué no, darle pensamiento, meterle cabeza.

Educar bien no es una tarea fácil, requiere esfuerzo, pero vale la pena. Los padres son los indicados y tienen la autoridad para fijar las reglas en casa desde que los hijos son pequeños porque son las bases sólidas que van aportando la seguridad que su personalidad tanto necesita.