Más de 40 años han pasado desde que entró en funcionamiento la presa hidroeléctrica del Cerrón Grande, ubicada entre los municipios Jutiapa, Cabañas, y Potonico, en Chalatenango, a unos 78 kilómetros de San Salvador.
La construcción de la obra, cuya finalización fue en el año de 1976, trajo desarrollo para muchas comunidades; pero también tristeza para muchos habitantes que residían en cantones y caseríos ubicados en sus cercanías, debido a que fueron desalojados y reubicados en otros lugares por el aumento del nivel del agua.
Los pobladores del cantón Santa Teresa, de Potonico, fueron reubicados en otros lugares; sin embargo, los habitantes de al menos siete cantones y caseríos resultaron afectados porque el cementerio donde enterraban a sus muertos fue clausurado y se vieron en la obligación de enterrarlos nuevamente en otro que fue construido.
Algunas lápidas datan desde 1935 y no hay datos que hablen de la antigüedad del lugar; gran parte de la estructura se encuentra dañada por el paso del tiempo y por el agua que las cubre durante el invierno.
Ahora el terreno donde fue el cementerio del municipio y que ocupa una manzana, es propiedad de la Comisión Hidroeléctrica del Río Lempa, CEL.
Año con año y durante la época de invierno el cementerio se inunda, cubriendo casi por completo las tumbas o mausoleos más altos.
Cuando se encuentra bajo el agua es fácil ver pequeñas embarcaciones que navegan; por encima del camposanto los lugareños se bañan y muchos realizan pesca artesanal entre las tumbas que pueden apreciarse, a pesar de la inundación de la zona que alcanza alrededor de unos 10 metros de profundidad.
Durante el verano la escena se vuelve diferente, las cruces empiezan a surgir de nuevo y con ellas otros organismos que dan vida al terreno que fue el cementerio de Potonico.
Los habitantes del municipio y sus alrededores aprovechan sus ratos libres para ir al cementerio a descansar, a pastar su ganado, o simplemente es utilizado como un lugar de esparcimiento debido a las sombra que dan los árboles y que hacen más fresco al ambiente.
El cementerio clausurado ahora es solo un recuerdo para todos aquellos que un día enterraron a sus familiares.