“Esta exposición es mi despedida…”

Con "Botellas y cuencos" la artista ecuatoriana le dice "hasta siempre" a El Salvador. La propuesta incluye pintura y escultura

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elsalvador.com

Por Tomás Andréu Twitter: @tomazs_andreu

2014-03-21 7:00:00

La biografía de Katya Romero se resume en arte. Ha sabido leer los distintos tiempos que le ha tocado vivir y los ha convertido en obras intensas llenas de color y textura. Su próxima exposición es un ejemplo de fuerza y armonía, de agradecimiento e invitación. La ecuatoriana se va de El Salvador, pero quiere hacerlo con una exhibición en la que se le recuerde tal y como es: una artista “con mucha luz”.

“Botellas y cuencos” se llama la exposición que la suramericana tendrá en el Museo de Arte (Marte) el próximo 28 de marzo hasta el 4 de mayo de 2014. La muestra está compuesta por diez pinturas y diez esculturas. Veinte obras en total. Todas fueron creadas en 2013.

El curador, Jorge Palomo, afirma que entre pintura y escultura no hay ninguna incomunicación porque la “génesis puede encontrarse en las raíces del desarrollo artístico de Katya Romero, quien comenzó como ceramista, y como tal, ha tenido que investigar las posibilidades estéticas y formales de las vasijas y otros tipos de recipientes”.

La artista tiene la explicación sobre esta exposición. Sobre la pintura y el uso de distintas botellas, ella encontró que “Si estoy hablando de contenido, ¿por qué no vaciarlo en botellas? No es un homenaje a la forma, más bien es poder sacar esos sentimientos, embotellarlos, ponerles un tapón y botarlos al mar. Es una metáfora: todo lo que vivo lo cierro y lo boto”.

Palomo añade otro ingrediente: “Variadas siluetas de botellas flotan sobre fondos blancos. Botellas de champán o licor, de agua o leche, de medicamento o crema, parecen contener líquidos chorreados en diversos colores llamativos, como si fueran las emociones ’embotelladas’ de la artista”.

Sobre las diez piezas escultóricas, la artista llegó a la empatía con su materia prima. “Me involucré con la piedra. Me pregunté por qué estudiaba solo su exterior, por qué no buscaba el vacío de la misma hasta llegar a su esencia, al alma de la piedra”.

Palomo habla sobre el resultado de este diálogo entre creador y piedra: “los cuencos son de un estilo modernista y geométrico que poco a poco se van haciendo más minimalistas”.

Hasta siempre

“El Salvador me enseñó mis capacidades y mis limitaciones. Este país me dio la oportunidad de conocerme más a mí misma. Crecí como persona y como artista”, afirma Katya Romero.

La ecuatoriana ha pernoctado por distintos países. Esto se debe a la profesión de su esposo: el representante de la Organización Mundial para la Salud (OMS) en el país, José Ruales. Otro horizonte les espera a ambos.

“Yo creo en la pareja, creo en mi compañero. Creo en lo que hemos construido. Todo lo que he hecho ha sido porque tengo un buen compañero. Ha sido un gran soporte”.

Desde 1998, Katya Romero tuvo contacto con este país. “Me despedí una vez de El Salvador en 2002 y pensé que era mi última exposición aquí. Pensé que no iba a volver, doce años más tarde estoy despidiéndome de nuevo. Así que mejor digo que no es mi última exposición acá”.

Una retrospectiva no encaja en esta despedida, pues la obra de la artista está repartida entre Latinoamérica, España y Estados Unidos. “Reunirla sería un poco complicado”, remata.

Otra faceta de la artista tiene que ver con su paso por el gobierno de El Salvador. Sobre eso no quiere hablar. Hace mucho que le dio vuelta a la página, pero dice que “a pesar de las críticas, yo soy una mujer positiva, dinámica. Poca gente me conoce cómo soy”.

El mundo de la artista se cimienta entre su familia y su obra. Y eso no cambiará con el tiempo.

“Mi prioridad es mi familia y como familia nuestra prioridad es mi obra. El próximo paso futuro es acomodarnos donde nos toque y enseguida es producir. Estoy segura de que me voy a quedar unos años más con la piedra. Y por muchos años más me quedaré pintando. Doy la vida por la pintura y la escultura”.

Sobre la escena artística del país, Katya Romero tiene palabras de elogio: “En este país se están haciendo cosas muy interesantes. Están codeándose con cualquier artista internacional”.

Desde 1992, Katya Romero ha realizado 19 exposiciones individuales en Ecuador, Colombia, Panamá, Estados Unidos y El Salvador. Ha participado en decenas de exposiciones colectivas en esos países y Canadá.

Su obra forma parte de museos, centros culturales y otros recintos. El gobierno del Ecuador le otorgó la Condecoración y Medalla de la Orden Nacional “al mérito en el grado de caballero” por su labor artística.