La pasión no es igual: y ahora, ¿qué hago?

Cuando una mujer enamorada decide casarse, teje infinidad de sueños con lo feliz que será al lado de su amorcito y la hermosa familia que formarán juntos.

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elsalvador.com

Por Carmen Birriel

2014-03-03 8:00:00

A una mujer, jamás le pasa por la cabeza que llegarán noches en las cuales estará acostada en la cama junto a su marido, y mientras él observa la televisión embelesado, ella mirará al techo y dirá: “¿Adónde se fue la gran pasión y el amor que teníamos?”.

Y es que cuando eres soltera y escuchas a una amiga casada quejarse de cómo el deseo sexual se escapó por la ventana, de cómo el amor se fue enfriando o de cómo fue engañada y pasaron de “Luna de miel a Luna de hiel”, automáticamente tu alma de romántica te susurra al oído que tu matrimonio será la excepción.

Y piensas que, en tu caso, la pasión y el voltaje erótico tardarán muchísimos años en disminuir. ¡Y ojalá fuera así! ¿Quién no desearía que la pasión física fuera ardiente para toda la vida? ¡Todos! Pero la realidad es que contrario a otros ingredientes que conforman el amor, la pasión dura poco, de la misma manera rápida que llegó así se va. Para ser exacta, puede durar entre uno y tres años de relación, según estudios realizados con parejas. Esto significa que una vez la pasión comienza a bajar, tienes que hacer todo lo posible porque no baje a pasos agigantados.

La rutina y la costumbre son los enemigos principales de la pasión. Bien lo dijo el novelista francés Honoré De Balzac: “El matrimonio debe combatir sin tregua un monstruo que todo lo devora: la costumbre”. Y es que por más que ames a tu pareja, lo mismo todos los días aburre a cualquiera.

Por eso, busquen actividades nuevas para hacer juntos, envíale un texto picante de vez en cuando, luce atractiva en la alcoba y abrácense todos los días.

Cuando las parejas se casan, toman por costumbre despedirse y saludarse con un beso de “piquito”. Lo cual se convierte en una demostración de afecto automática. Comienza por incorporar tres o más abrazos al día. ¿Sabías que cada abrazo activa en el cerebro la liberación de sustancias como serotonina y dopamina lo que provoca una sensación de bienestar, sedación, armonía y plenitud en el momento en que se dan? El abrazo es una de las formas más puras de manifestar cariño y acercar a las parejas.

Y más importante aún, reconoce que lo que hagas de ahora en adelante mejorará la pasión en tu matrimonio, pero no pretendas que vuelva a ser lo que fue en un comienzo, es irreal. Mientras busques maneras de encender la chispa, también recuerda que lo más importante para tener un matrimonio feliz es vivir un continuo crecimiento de intimidad y compromiso.

El primero es esa conexión y cercanía emocional con tu pareja que te hace sentir segura a su lado y confiar por completo en él. Mientras el segundo es ese deseo de amar a esa persona y mantenerte a su lado en las buenas y en las malas. En fin, la pasión te cautivó al comienzo, pero son la intimidad y el compromiso los que decidirán cuán duradero y saludable es tu matrimonio.

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