Desde la cárcel, líder opositor venezolano pide no rendirse mientras siguen las protestas

Los disturbios han dejado cinco muertos por disparos, uno atropellado y más de un centenar de heridos

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elsalvador.com

Por Agencia Reuters

2014-02-21 10:00:00

El líder opositor venezolano Leopoldo López, detenido en una cárcel militar, pidió a sus seguidores no ceder en la lucha para presionar la salida del Gobierno del presidente socialista Nicolás Maduro, mientras enardecidas protestas que ya han dejado al menos seis muertos continuaban el viernes.

En una carta que entregó a su esposa en la prisión de Ramo Verde y que fue ampliamente divulgada en la prensa nacional, el político de 42 años pidió a sus partidarios que mantengan la protesta, pero que eviten la violencia.

López, un economista formado en Harvard, se entregó esta semana a la justicia, que lo acusa de instigar a la violencia durante las protestas que sacuden al país petrolero y que el viernes entraban en su cuarta semana.

“Estoy bien, les pido que no se rindan, yo no lo haré”, dijo López en la misiva, hecha pública a través de su cuenta de Twitter @leopoldolopez.

“A los jóvenes, a los que protestan, les pido mantengamos firmeza en la no violencia, organización y disciplina (…) fuerza Venezuela. Y recuerden, el que se cansa, pierde”.

En febrero, decenas de miles de venezolanos han salido a las calles para manifestarse contra la alta inflación, la escasez de productos básicos y la inseguridad de las que culpan a Maduro, quien asumió hace 10 meses tras la muerte por cáncer de Hugo Chávez.

Las protestas han dejado cinco muertos por disparos, uno atropellado y más de un centenar de heridos, pero no había indicios de que la administración de Maduro pudiera tambalear.

Maduro asegura que la oposición, con apoyo de Estados Unidos, busca repetir el sangriento golpe de Estado que sacó brevemente del poder a Chávez en el 2002.

Pero la oposición asegura que busca salir de Maduro por la vía legal, a través de un referéndum revocatorio permitido por la Constitución para el 2016. “Los civiles no damos golpes, los golpes los dan los militares”, afirmó el jueves Henrique Capriles, otro líder opositor y ex candidato presidencial.

En al menos 13 de los 23 estados del país de 29 millones de habitantes el transporte público funcionaba a medias, y los comercios cerraban temprano luego de que en días previos las protestas se agudizaran por la noche.

Además, el Gobierno denunció que el ya intermitente servicio eléctrico ha sufrido nuevos contratiempos tras “actos vandálicos” a la red que suministra servicios en los estados del sur y occidente del país.

“Revolución para rato”

Los enfrentamientos más álgidos continuaban en el estado de Táchira, fronterizo de Colombia, donde el Gobierno ordenó el despliegue de un batallón de paracaidistas.

El ministro del Interior y Justicia, Miguel Rodríguez, aseguró que la movilización militar responde a la llegada de paramilitares colombianos para azuzar a la violencia.

Testigos de Reuters en la capital del estado, San Cristóbal, aseguraron que helicópteros de las fuerzas del orden y aviones de combate Sukhoi Su-30 sobrevolaron la zona.

Como todas las noches desde que arrancó la protesta en Caracas 10 días atrás, ciudadanos descontentos con el gobierno socialista de Maduro hicieron retumbar sus cacerolas mientras el mandatario hablaba en cadena de radio y televisión.

“Van a tener que tocar bastante, yo les recomiendo que se compren unas cacerolas de acero inoxidable para que aguanten bastante 10, 20, 30, 40 años porque aquí va a haber revolución para rato”, respondió el ex sindicalista de 51 años.

El viernes, Caracas amaneció en relativa calma, pero aún con restos de barricadas improvisadas en avenidas principales.

Mientras, la oposición se preparaba para salir nuevamente a las calles en una marcha hasta la sede de la Defensoría del Pueblo para exigir la renuncia de su titular ante “su inacción frente a la arremetida violenta de los cuerpos de seguridad contra venezolanos que protestan sin violencia en las calles”.

Y el sábado seguirán las protestas, luego de que ambos bandos convocaron a sus seguidores a marchar por Caracas y las principales ciudades del país.

Los estudiantes han advertido que permanecerán en las calles hasta que Maduro renuncie, pero no había indicios de que el presidente fuera abandonar el cargo.

Los disturbios generaron preocupación y pedidos de diálogo con la oposición de parte de algunos países latinoamericanos y de Estados Unidos, su principal socio comercial. Pero Maduro respondió, furibundo, que no se metan en sus asuntos.