“La industria salvadoreña carece de innovación”

Este científico de nacionalidad suiza y radicado en El Salvador señala que la nanotecnología puede abrirle al país las puertas a una mayor productividad

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Rainer Christoph desarrolla un proyecto de nanotecnología con impresión tridimensional junto a una universidad privada. Fotos EDH / REN?? ESTRADA

Por Susana Joma nacional@eldiariodehoy.com

2014-01-13 8:10:00

Rainer Friedrich Christoph es el físico-químico que desarrolla investigaciones sobre la nanotecnología en el país. Desde su lugar de trabajo considera que “la industria salvadoreña, por lo general, carece de innovación”. Esto es un problema que, según afirma, puede observase en otros países latinoamericanos.

“Los métodos de producción son tradicionales. La globalización ha hecho que economías pequeñas, como la de El Salvador sean prácticamente excluidas de todo el proceso de producción y tenemos que tratar de revertir ese nuevo enfoque”, asegura el científico.

Con esas palabras destaca la necesidad de impulsar las investigaciones y con ello la generación de nuevos productos que puedan competir a nivel mundial. Todo ello para que El Salvador deje de ser un país más consumista que productor.

“Ese es uno de los motivos principales por los que hemos recurrido aquí a este desarrollo nuevo que es la manufactura aditiva. Porque justamente revierte un poco los efectos de la globalización, posibilitando a la gente producir las cosas que realmente se necesitan en el país”, subrayó en alusión al proyecto de nanotecnología que impulsa desde hace un año en la Universidad Francisco Gavidia.

Rainer Christoph, quien nació en Bolivia pero vivió toda su adolescencia en El Salvador, donde reside desde hace ocho años, trabajó muy de cerca con los científicos Gerd Binning y Heinrich Rohrer, a quienes en 1986 les otorgaron el premio Nobel de Física por la creación del Microscopio efecto de Túnel (STM, por sus siglas en Inglés). Este es un instrumento que sirve para tomar imágenes de superficies a nivel atómico.

La colaboración con los Nobel, ocurrió en el seno de los laboratorios de investigación de la IBM, en Suiza. Allí, como parte de sus estudios de doctorado en Física y en coordinación con un colega, generó otra utilidad del microscopio de túnel creado inicialmente.

Desarrollaron un microscopio efecto túnel especial que trabaja en líquidos sobre electrodos, en los cuales hacían diferentes reacciones electroquímicas y a partir de allí podían observar cómo se depositaban ciertos elementos y como los podían disolver otra vez. “Fueron tiempos de gloria trabajar en ese equipo”, añade.

Rainer Christoph sostiene que hay que sacar mejor provecho de los recursos energéticos, porque si bien producimos una buena parte de energía con fuentes geotérmicas todavía dependemos mucho de la exportación del petróleo y hay poco uso de la generación de energías de fuentes renovables como el sol.

Para este Físico, hijo de madre suiza y padre alemán que vinieron al país en los años 60, la nanotecnología es como descubrir un mundo nuevo donde se pueden construir cosas que son tan pequeñas que no se pueden ni ver. Pero es una ciencia donde convergen varias disciplinas como la Física, Química, Biología, entre otras. Esta ofrece, por ejemplo, la oportunidad de contar con nuevos materiales y ocupar nuevos enfoques para la refrigeración y conservación de alimentos.

“Estoy hablando de sistemas que se podrían instalar en zonas pesqueras remotas, que no tienen acceso a electricidad o donde la electricidad realmente sale bien cara, producir su propio hielo y así poder conservar la pesca que van sacando”, expresa.

Este científico habla cinco idiomas y más allá de sus conocimientos no deja de ser un hijo y un padre, amante de la pesca, del bodysurf, de leer biografías de personajes históricos y del rock latino.

Durante su carrera este investigador también ha trabajado en proyectos para producir equipos utilizados en la industria relojera. Esto fue en el Centro Suizo de Electrónica y Electrotecnia. Allí utilizó las metodologías desarrolladas por Gerd Binning y Heinrich Rohrer pero llevado al campo de la tribología a escala de la nanotecnia.

La nanotribología es la caracterización mecánica de materiales y técnicas de fuerza atómica microscópica.

“Allí desarrollamos varios proyectos financiados por la Confederación Suiza, la Unión Europea, por diferentes fondos que nos especializamos en nanotribología y creamos toda una serie de instrumentos. Los prototipos que hacíamos en el laboratorio luego los producíamos en serie y los vendíamos a universidades”, agrega un inquieto Rainer quien ha sumado experiencia en el mundo de los negocios.

El científico, quien además se desarrolló en la industria de las telecomunicaciones, ha viajado por Latinoamérica sin dejar de lado El Salvador. “Yo creo en este lindo país, que realmente admiro y creo que vale la pena luchar por él. Lo que faltaría tal vez es salir de esa iliteracia científica”, precisa.

Y es que a criterio de Christoph “acá se están desarrollando muy buenos ingenieros, gente capaz, pero a la que a veces le falta la comprensión, a nivel de la Biología y la Física, del mundo que nos rodea”.

De allí que considera que la nanotecnología, por ser una ciencia que integra varias disciplinas, es un vehículo ideal para cambiar lo anterior. “No digo que todos tienen que estudiar esta materia, pero sí necesitamos en este país personas que son perfectamente capaces de leer cualquier publicación científica”, observa con respecto a la urgencia de que el país disponga de capital humano capaz de crear nuevas tecnologías que le permitan alcanzar el desarrollo económico y social.

Otra de las áreas en las que el físico cree que se puede trabajar desde la nanotecnia es en la potabilización del agua del mar, lo cual permitiría resolver los problemas de acceso a agua para consumo en las comunidades de la zona costera donde se observa mucha contaminación del manto acuífero por la presencia de las fosas sépticas.

“Lo que ofrece la nanotecnología son nuevos métodos par desalinizar el agua”, explica. Eso puede hacerse con pequeñas plantas descentralizadas, afirma.

No deja de lado el hecho de que a través de la nanotecnia se pueden desarrollar nuevas herramientas para lograr reducir la contaminación del medio ambiente, por ejemplo la que generan los plásticos.

El físico explica que hoy en día a nivel mundial se producen más o menos 280 mil toneladas de plástico por año y cada año incrementa un diez por ciento.

Los avances en nanotecnología han permitido conocer, según expresó, que el plástico no se degrada en sus componentes moleculares, sino que se va desmoronándose en trozos cada vez más pequeños.

“Esos pedazos (de plástico) pueden llegar a ser tan pequeños que tienen dimensiones nanométricas, o sea mucho más pequeños que las mismas células y penetran en las células causando su muerte o mutaciones. Pero también esas partículas de plástico asimilan todos los contaminantes que están en el agua”, precisa Rainer Christoph. Estas partículas y los venenos que se les adhieren estarían llegando al organismo humano a través de la cadena alimenticia.

El físico es consciente de que a nivel local se necesita desarrollar regulaciones a largo plazo en este campo, como ya ocurre en Europa. Pues no todos los productos que se crean y salen al mercado pueden realmente ser una solución, sino un problema.

Reconoce que para entrar en el mundo de la nanometría, a una escala mayor, de producción, se necesita personal capacitado y con experiencia práctica, pero también inversión.

Sostiene que un estudiante puede aprender la nanotecnología perfectamente a través de la Internet y que en El Salvador hay gente muy capacitada, con fundamentos de Física, Química, Biología y Medicina “que constituyen el saber de la nanotecnología”. Sin embargo, explica, para entender la nanotecnología es importante que un estudiante sepa qué tan pequeño es lo nano, qué tan difícil es medirlo y “entender en ese mundo nano las leyes físicas que parecen y son un poco diferentes a las leyes a las que estamos acostumbrados”, comenta.

Para Christoph lo que se debe evitar es que los profesionales en las área mencionadas, una vez formados se vayan a estudiar postrados a otros países y se queden afuera, como generalmente ocurre.

“Tenemos (como país) que ser lo suficientemente atractivos para que también gente de afuera venga a El Salvador. El intercambio es esencial en la ciencia”, subraya al tiempo de comentar que en el marco del proyecto de nanotecnología que trabaja en la actualidad han firmado convenios con Alemania.

Bajo ese convenio vendrán estudiantes alemanes, quienes durante seis meses harán prácticas en este campo.