Algunos lo atribuyen a que las autoridades quieren despejar el redondel de Naciones Unidas para franquear el paso de caravanas oficiales en horas clave; otros dicen que los policías lo hacen de manera antojadiza. La Policía dice que es porque el redondel “se satura y no pueden controlarlo”.
Lo cierto es que el dolor de cabeza de los salvadoreños, por los atascos en la carretera Panamericana, se complica ahora por los inexplicables cierres de los pasos a desnivel de Antiguo Cuscatlán y la carretera Panamericana, por las mañanas y por las tardes.
Repentinamente, parejas de policías llegan y ponen conos para bloquear los pasos a desnivel entre Antiguo y la Panamericana hacia la zona de los centros comerciales.
Los bloqueos, que pueden tomar hasta dos horas, hacen que se cargue más la carretera Panamericana, porque los conductores son obligados a bajar hasta la antigua Feria Internacional para volver a tomar la Panamericana y regresar a la zona de los centros comerciales. Mientras tanto, los pasos a desnivel se convierten en pasarelas peatonales.
Muchos conductores llegan al punto de bajarse de sus vehículos para pedirles a los indolentes policías que les permitan pasar.
El caos vehicular se agrava más por los trabajos del cambio de la carpeta asfáltica que hace el Fovial en la Panamericana. De ahí, que circular a partir de las 6:00 de la mañana y 4:00 de la tarde se vuelve una aventura para los conductores particulares y del transporte público.
Dado que los vehículos no pueden circular en esos dos tramos, los automovilistas deben tomar otras vías. Para el caso, los que no pueden pasar por la entrada de Antiguo Cuscatlán, deben ir a dar vuelta a un redondel provisional que se ha establecido a la altura del Centro de Ferias y Convenciones (Cifco).
Este fue el caso de Juan Carlos Ruiz, quien intentó incorporarse al paso a desnivel que inicia en la entrada de Antiguo Cuscatlán para llegar a la zona comercial. El conductor preguntó a un agente de Tránsito si le permitía dejar pasar. El oficial respondió de forma negativa y Ruiz tuvo que bajar a la zona de Cifco, que estaba sobresaturada por todo el tráfico que los policías habían desviado para allí.
El motorista de un furgón que circulaba de occidente a oriente también se detuvo a preguntarle a un elemento policial si le podía abrir el paso para incorporarse nuevamente a la Panamericana hacia occidente. La gestión también fue infructuosa.
Un agente de Tránsito aseguró que el cierre es “para no saturar” de vehículos el redondel de las Naciones Unidas, pues es tan intenso “que no pueden controlarlo”.
“Los conductores no hacen caso, solo se meten y generan más trabazón y los compañeros (policías) no podrían con el tráfico de la zona”, dijo.
Nunca había sucedido antes, nadie da una respuesta convincente y los conductores siguen sufriendo por esta ocurrencias. Lo cierto es que el cierre de esos puntos continuará en los próximos meses, según se limitó a decir el oficial.