Carta a nuestros sabios

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elsalvador.com

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2014-01-03 9:00:00

Muy estimados doctores Abraham Rodríguez y René Fortín Magaña:

Ya en otra columna escribí sobre la reserva moral que, por su suerte y salvación, el país tiene en algunos personajes emblemáticos de su historia política, académica y constitucional. Hoy les puedo poner nombres y apellidos, porque ustedes ya se hicieron escuchar, con su voz de hombres que se ganaron el respeto de la nación, exigiendo a los candidatos a la presidencia que defiendan la Constitución y su pieza angular: la independencia de los órganos de control del poder, la Corte Suprema y sus salas; la Fiscalía, la Corte de Cuentas y el Tribunal Electoral.

Como los diputados no están jugando su papel de padres de la patria, este vacío lo tienen que llenar los ciudadanos más aptos para ser escuchados: los viejos como ustedes, por su sabiduría. Y les tenemos que hacer eco los que tenemos espacio en los medios e influencia en la opinión pública, y los intelectuales jóvenes que ya se están movilizando. No es el momento para guardarse cada uno su capital político y moral, en última instancia consistente de credibilidad. Es tiempo de ponerlo a trabajar en función del país. Juntos podemos hacer la diferencia, para que los que ganen esta batalla electoral se vean obligados a proteger la Constitución. Y para que los que no pueden asumir este compromiso con credibilidad, no ganen.

El primer paso indispensable para defender la Constitución, como ustedes dos ya dijeron con valentía y claridad, es proteger la Sala de lo Constitucional. Es la pieza angular que sostiene el sistema republicano. Quien logra quitar esta pieza, como es la manifiesta voluntad de prominentes dirigentes del FMLN y de UNIDAD, logra hacer caer el sistema que garantiza las libertades y los derechos de los ciudadanos.

Estamos entrando en la recta final de esta carrera electoral. Enero y febrero serán los meses decisivos. Sería un error fatal permitir que en este momento crucial sólo hablen los candidatos y sus partidos. Es el deber ciudadano de todos de meterse en el debate. De todos que tengamos argumentos y credibilidad.

Hay muchos otros temas importantes: educación, salud, empleo, subvenciones, seguridad. Pero hay que concentrarse en la pieza angular, de la cual todo lo demás depende: la defensa de la Constitución y de la Sala. De nada sirve tener buena educación, salud y seguridad, como en Cuba, sin tener democracia y libertad – como en Cuba -.

Ustedes han dado la pauta, exigiendo a los candidatos medidas concretas y garantías de cómo proteger la Sala y la Fiscalía y de cómo reformar y profesionalizar la Corte de Cuentas y el Tribunal Electoral. Hagamos públicas las respuestas o la falta de respuestas. Concentremos la atención de los ciudadanos en lo esencial: Esta campaña no es entre derecha y izquierda, no es sobre quien ofrece mejores escuelas o hospitales. Es entre proteger o destruir la democracia.

Gracias a sus intervención. Y los ilustres en las universidades, iglesias, fundaciones (o en el retiro), que todavía no han hablado, que tomen la palabra. No es tarde. Y no se vuelvan a callar jamás. De nada sirve tener una reserva moral, si no se moviliza. De nada sirve tener capital ético, si no se invierte.

Feliz año, Paolo Lüers