Si vive en la zona norte del Gran San Salvador, en municipios como Tonacatepeque, Apopa, Nejapa, Aguilares o Guazapa, seguramente ya vivió en carne propia esta situación.
No importa si viaja desde San Salvador y se dirige hasta la zona norte o viceversa, la problemática siempre será la misma.
Largas filas de vehículos livianos, pesados o del transporte colectivo, esperando circular por la región céntrica de Apopa.
No influye en nada si sale con suficiente tiempo de su casa, el problema es que siempre llegará tarde a su destino.
“Yo salgo en el primer bus, desde el desvío de Amayo, con la esperanza de no toparme con las trabazones de Apopa, pero nunca lo he logrado. Aquí siempre se pone pesado el tráfico”, contó Gualberto Mejía, quien viaja todos los días desde Amayo hasta la colonia Escalón, donde labora.
Sin paciencia ni tiempo
No importa cuánta paciencia le pidan los funcionarios del Gobierno a la población, para soportar la pérdida de tiempo ocasionada por el tráfico, ya que la mayoría de usuarios se encuentra aburrido y desesperado por la lentitud de las obras.
“Cómo es posible que nos pidan paciencia, si todos los días hay que vivir este calvario, encerrados en un bus, viajando de pie y con un calor asfixiante en horas del mediodía”, dijo Rosa Hernández, quien trabaja en la colonia Atlacatl.
Desde diciembre- cuando comenzaron los trabajos en la Troncal de Norte- la situación es siempre la misma para las personas que viven en la zona norte y deben viajar hacia San Salvador.
Incluso, ahora se ha complicado más con el inicio del año escolar, debido a que hay jóvenes que deben trasladarse hacia la capital para estudiar.
“Solo llevamos una semana de clases y ya estoy aburrida de soportar todo el tráfico que se genera en esta zona de Apopa. Antes me tardaba unos 30 minutos desde Popotlán hasta el Inframen pero, ahora, el tiempo se ha triplicado”, expresó una alumna de bachillerato.
Si viaja en automóvil, camión, pick up o autobús, el resultado siempre es el mismo, ya que si se traslada de San Salvador a la zona norte, al llegar a la altura del kilómetro 10 de la Troncal del Norte, inicia el severo congestionamiento.
Muchos prefieren escuchar música, otros dormir, leer un libro o un periódico; y los que van más apurados, se aventuran a caminar, exponiéndose a ser atropellados por los vehículos.
Obras a paso lento
El peregrinaje de niños, jóvenes estudiantes, empleados y comerciantes se observa a toda hora del día en la Troncal del Norte, pero se muestra más afluencia muy temprano, en la mañana, al mediodía y al final de la tarde.
Los trabajos en la zona se desarrollan desde el paso a desnivel, ubicado en la entrada a Apopa, y finalizan en la entrada a la colonia Popotlán.
El tramo que va de sur a norte es el que está siendo intervenido en la actualidad, luego se abrirá este tramo y se cerrará el carril que conduce de norte a sur.
Durante un recorrido que realizó un equipo de este periódico, el viernes pasado, solo se observó a siete elementos de la Policía Nacional Civil (PNC) y cuatro gestores de tráfico, que trataban de agilizar el tráfico, sin resultado alguno, debido a la fuerte carga vehicular que circula por la zona.
La situación se complica aún más debido al paso de las rastras cañeras y de furgones que se dirigen a la frontera con Honduras y que, a diario, usan esta carretera.
Los unidades del transporte colectivo también agravan la situación, al realizar paradas no autorizadas para subir y bajar pasajeros, incluso frente a las autoridades policiales.
Según el Fovial, estas obras se enmarcan dentro del plan estratégico de modernización vial del Área Metropolitana de San Salvador, que incluye la renovación del tramo de 2.2 kilómetros, que inicia desde el paso a desnivel ubicado en la entrada a Apopa, hasta el centro urbano.
En ese tramo ya se ha retirado la antigua asfáltica de uno de los dos carriles y se está colocando la carpeta de concreto hidráulico. La inversión estimada es de unos $ 3, 662,078.