Para la producción de fotos, realizada por Tim Walker, la top británica disfruta de una linda tarde de té rodeado de varios animales.
Un pony blanco, un loro, varios perritos y un pelícano forman parte de las imágenes. Mientras Delevingne aparece rodeada de rosas y bolsos de piel.
La dirección creativa de la campaña contó con la participación de Ronnie Cooke Newhouse y Stephen Wolstenholme del estudio creativo House and Holme.
El escenario escogido fue Shotover House, la casa de campo de Mulberry construida en el S. XVIII en Oxfordshire, un sitio privilegiado que reúne el encanto, la luz y la magia que la sesión de fotos requería.
El encargado de los estilismos que luce Cara Delevingne ha sido Edward Enninful y el maquillaje y peinado son obra de Val Garland y Malcolm Edwards. El resultado: un ambiente romanto, pero jovial, al más puro estilo de Alicia en el País de las Maravillas.
(Con información de Vogue)