Después de 32 años, una porción de la tarta de la boda del Príncipe Carlos y Lady Di se vendió ayer por 650 libras, unos 780 euros, en la casa de subastas Christie’s, durante una muestra en la que se ofertó una ecléctica selección de 180 lotes relacionados con la gastronomía como pinturas, piezas de cocina o vajilla.
La porción extraída de un pastel de cinco pisos, metro y medio de altura y cien kilos fue adquirida por un comprador anónimo que ahora podrá mantener un recuerdo de uno de los grandes enlaces de la historia. Aunque su elaboración requirió un esfuerzo masivo, será mejor que no trate de probarla.
Dos días dedicaron en Chatham a seleccionar la fruta, las pasas (sultana), las cerezas y las grosellas, escogiéndolas una a una para evitar impurezas. Tanto la masa como el relleno a base de mazapán, helado, guindas, mantequilla, azúcar marrón, huevos, almendras especias, harina, limón, naranja, brandy y ron, estuvieron en maceración desde el mes de mayo anterior al banquete en diferentes licores y aguardientes y su preparación comenzó 14 semanas antes.
Otro de los objetos que mayor atención acaparó en la subasta fue un huevo de elefante del siglo XVII proveniente de Madagascar y un recetario titulado “Las ostras, el vino y el champán”.