Prueba de fuego para Maduro y el chavismo

El domingo son las elecciones municipales en Venezuela, las primeras en su gestión

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elsalvador.com

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2013-12-04 7:00:00

VENEZUELA. A tres días de las elecciones municipales, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, está a las puertas de experimentar la primera prueba de fuego en su gestión presidencial.

De hecho, la oposición venezolana ve estos comicios como un plebiscito para la administración de Maduro, debido al descontento popular por las medidas que ha implementado desde que asumió el poder este año, tras la muerte de su mentor Hugo Chávez.

Para el alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, las elecciones municipales del domingo, en las que buscará su propia reelección, marcarán el inicio del fin constitucional del Gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Ledezma, de 58 años, no duda en el triunfo opositor suyo y “en la mayoría” de los 335 municipios del país, y que ello abra paso a un posterior referendo revocatorio del mandato de Maduro.

“El pueblo tiene que movilizarse y tiene el derecho a protestar y la mejor manera de hacerlo es votando. Esa es una fuerza que tiene mucho más contundencia que cualquier acción violenta. El voto es la llave de oro para abrir nuevos caminos”, dijo Ledezma al respecto.

El voto en un eventual referendo contra Maduro, es solo “uno de los pasos” previstos en la Constitución para acabar con el mandato de un gobernante de manera anticipada, pero no el único, alertó Ledezma.

Sin embargo, el gobernante descarta que en las elecciones de este domingo sea su gestión la que se vea sometida a plebiscito, pero admitió que un triunfo oficialista le permitirá “completar la ecuación” de mayoría chavista en las instancias de poder nacional, regional y local.

“Tenemos presidente hasta 2019, gobernadores hasta 2016 y Asamblea Nacional hasta 2015”, dijo Maduro en una reciente entrevista dominical con el canal privado de televisión Televen.

Pero ya sin el fallecido presidente Chávez como principal antagonista y mayor motivo de cohesión para el oficialismo, la oposición intenta convertir las elecciones del 8 de diciembre en un plebiscito a la gestión de Maduro.

El líder de la oposición y excandidato presidencial, Henrique Capriles, ha enfocado su discurso en la depauperada situación económica venezolana con una inflación que se sitúa por encima del 50 % en los últimos 12 meses y signos de ralentización económica hasta un crecimiento del 1.4 % en los tres primeros trimestres tras cerrar el año pasado en 5.6%, como factor a tener en cuenta al votar este domingo.

“¿Cuál es el freno a la crisis? La votación del 8 de diciembre es el freno que tiene cada venezolano de parar esta situación de destrucción a la cual nos tiene sometido el Gobierno”, externó Capriles esta semana.

Ledezma agregó ayer que los venezolanos “no pueden sustraerse de la tragedia económica que estamos viviendo” con el Gobierno de Nicolás Maduro.

“La gente cuando vota también tiene que protestar contra un Gobierno que regala el petróleo, que malbarata los recursos, que lleva a la hoguera de la corrupción miles de millones que deberían invertirse en carreteras, escuelas, hospitales, en el desarrollo eléctrica para que no vivamos apagones”, indicó.

También el arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa Savino, llamó por su parte a los venezolanos a ejercer el próximo domingo su derecho al voto “en libertad”, para que nadie se quede “pintado en la pared”.

“Nadie debe quedarse en su casa pintado en la pared, porque así ciertamente no va a tener ninguna capacidad de cambiar lo que quiera cambiar o conservar lo que quiera conservar”, declaró el prelado al canal Globovisión.

Con eso en la mira, la oposición ha llamado a su base electoral a volcar en las urnas este 8 de diciembre su descontento con el Gobierno y con una economía golpeada por la inflación más alta de la región y por una escasez crónica de bienes básicos.

El fin de semana pasado realizó un ensayo para medir su poder de convocatoria con una marcha en todo el país para protestar contra las medidas chavistas.

Las apuestas son altas, dado que esta elección será la última cita electoral hasta los comicios parlamentarios del 2015, una larga travesía en un país en crónica campaña electoral y en el que en los últimos 14 años se han realizado 18 elecciones.

El cerco a la oposición

Ahora todas las miradas están puestas en los movimientos de la oposición y de su líder Henrique Capriles, quien ha llamado abiertamente a poner fin por las vías constitucionales al Gobierno de Maduro y aplicar un “voto de castigo” para el chavismo.

“No tenga ninguna duda, compañero, que después del 8 de diciembre y Constitución en mano vamos por ti y tu Gobierno fracasado y corrupto”, desafió esta semana Capriles al presidente venezolano.

Pero la realidad indica que el arco opositor agrupado en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) tiene por delante un camino lleno de obstáculos, con un Gobierno que domina la agenda política y que ha hecho del conflicto con la oposición uno de sus rasgos característicos.

La lista de desafíos para la oposición es larga, destacando el reto de volver a movilizar a su electorado tras la ajustada victoria de Maduro sobre Capriles (unos 225,000 votos de diferencia) en las pasadas elecciones presidenciales.

Para el politólogo John Magdaleno, una oposición que tiene crecientes dificultades financieras, dificultades para acceder a los medios, que tiene que enfrentarse al Estado en cada contienda electoral, no es una tarea fácil.

El cerco del gobierno a la oposición se extiende también a sus fuentes de financiación, en un país donde no está previsto que haya recursos públicos para los partidos políticos.

A esto se suma la pérdida de una de sus principales tribunas mediáticas con un reciente cambio de los dueños del canal privado Globovisión, que dejó de cubrir en directo las actividades de la oposición, y una menor cobertura en portales de noticias.

Frente a este escenario cuesta arriba, la principal carta de la oposición es que el deterioro de la economía sea cobrada por el electorado en las urnas, una coyuntura que si es administrada correctamente por el liderazgo de la oposición podría beneficiarle, destacó Magdaleno.

Capriles intenta ahora mantenerse como una “contraparte” del mandatario venezolano, según el analista político Luis Vicente León.

Por su parte, el presidente venezolano ha dicho que inmediatamente después de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) anuncie el escrutinio oficial convocará a los ganadores al trabajo conjunto basado en su propio programa de gobierno, denominado Plan de la Patria (ver nota aparte).

“Los voy a llamar y a decir: ‘Aquí está el Plan de la Patria, aprobado por la Asamblea Nacional. Vamos a trabajar; no al sabotaje, no utilicen las alcaldías para descuidar a la comunidad con el solo objetivo de destruir al presidente”, dijo.