El populismo es un término que para el criminólogo Carlos Ponce está implícitamente dentro de las propuestas sobre seguridad pública de los tres principales candidatos presidenciales. Sin embargo, este componente de populismo es más fuerte en algunos de los planteamientos presidenciales que en otros.
“Creo que todas las propuesta son en alguna medida, unas con mayor intensidad que otras, tienen ese componente populista”, señala.
Sostiene que el candidato presidencial que más insumos de populismo le ha agregado a su proyecto de seguridad pública es el expresidente Elías Antonio Saca, al ofrecer 40 mil policías durante su gestión, es decir, el doble de lo que existe actualmente y eso es casi imposible.
“En principio, este problema no se resuelve con más policías, porque nunca se va a tener la capacidad de poner un policía en cada esquina”, dijo Ponce. Agregó que “la criminología y la historia lo han demostrado, de que incrementar la cantidad de policías tiene efectos limitados en relación a la disminución de la incidencia delincuencial”.
Ponce considera que “lo más importante es el tema de la Inteligencia y el análisis que permite dar golpes quirúrgicos que pueden lograr reducir la incidencia delincuencial y debilitar a las estructuras criminales lo suficiente como para que otro tipo de iniciativa logre tener un mayor impacto”.
A juicio de Ponce, el candidato presidencial por el partido ARENA, Norman Quijano, es el más acertado en cuanto a su oferta electoral sobre seguridad pública, aunque en algunas de ellas, Ponce dice estar en desacuerdo por la forma como han sido diseñadas.
“Habla de un nuevo sistema de seguridad pública en su propuesta, creo que está en el camino correcto, aunque habla de un Estado Mayor en Seguridad, la forma en lo que lo ha configurado me parece que no es técnicamente adecuado y lejos de eso un poco alejado de una experiencia real en el terreno”, señala Ponce.
Otras de las medidas en las que difiere con el candidato arenero es con sus intenciones de que Centros Penales sea una dependencia del Ministerio de Justicia y no del Ministerio de Seguridad Pública.
“La interacción entre policía y Centros Penales en términos de Inteligencia e Investigación es bastante fuerte porque ahí están los jefes de las estructuras criminales, y es necesario que exista una coordinación bastante fluida, y si están en ministerios separados definitivamente se incrementa la burocracia para que se tenga esa coordinación fluida”.
Agrega que “va por buen camino al decir que se necesita reconfigurar todo el aparato de seguridad y diseñar uno que permita atacar el problema con más contundencia”.
Dentro de las recomendaciones hechas por el criminólogo se destaca la creación de una entidad interinstitucional que sea el “cerebro” de los esfuerzos que se hagan por mejorar la seguridad pública.
A eso se le agrega los sistemas de autocontrol dentro de las instituciones no solo del área de seguridad pública sino que de la administración de justicia para frenar las intenciones del crimen organizado de penetrar esas instituciones. Una real clasificación de la población reclusa para evitar que los presos más peligrosos puedan contaminar al resto de los internos, es otra de las sugerencias de Ponce.