Hiporexia, pérdida de apetito en adultos mayores

La comida debe ser sabrosa, atractiva y de fácil digestión

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elsalvador.com

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2013-08-16 8:00:00

Se conoce como hiporexia a la pérdida parcial de apetito, la cual se diferencia de la anorexia porque esta última es una pérdida total. Aunque puede ocurrir a cualquier edad, este problema es frecuente en los adultos mayores o de la tercera edad por varios factores. Entre estos pueden mencionarse las pérdidas sensoriales, ya sea del gusto, el olfato y la vista, ya que esto afecta el adecuado apetito y consumo de los alimentos.

De acuerdo con Karla de Tobar, nutricionista, “la salud oral es otro factor de importancia, pues pueden experimentar sequedad de la boca producida por la hiposalivación; problemas de masticación y deglución por ausencia de piezas dentales. Por esto es necesario modificar la consistencia de los alimentos”, explica.

Por otro lado también puede afectar la función gastrointestinal, pues durante el proceso de envejecimiento se presentan diversos cambios que afectan el consumo de nutrientes, la digestión y la absorción en el sistema gastrointestinal. Asimismo los estados de confusión que se presentan en algunos adultos mayores afectan el consumo de alimentos y por consiguiente su estado nutricional.

Requerimientos nutricionales

“Las necesidades de energía en las personas mayores son menores que en los más jóvenes; como media disminuyen un 10 % cada década a partir de los 60 años, por disminución de la masa celular activa y de la actividad física”, afirma la profesional. Aproximadamente se habla de un consumo de unas 2,200 kilocalorías en varones de 65 años sedentarios, y de 1,850 en mujeres de la misma edad y características.

Respecto a las proteínas, “aunque hay una disminución de la masa magra, es decir, de la cantidad de músculo, también hay un aumento de la utilización de proteínas (y sus elementos básicos, los aminoácidos) a nivel de vísceras como hígado e intestinos. Por lo mismo se recomienda que la ingesta de proteínas constituya aproximadamente el 10 % de las calorías totales de la dieta.

El consumo de grasas, en general, debería reducirse de cara a la prevención de enfermedades cardiovasculares. Pero sí es preciso asegurar la ingesta de grasas poliinsaturadas: semillas oleaginosas tales como maní, nuez, almendra, macadamia, marañón, y pistacho (pues fortalecen el sistema nervioso) y del pescado azul, mejor que grasas de origen animal. No deberían superar el 30 % de la ingesta calórica.

En cuanto a los carbohidratos lo mejor es que consuman los llamados complejos, como los cereales integrales, pues aportan fibra, disminuyen los problemas de intolerancia a la glucosa o aparecimiento de diabetes en esta etapa de la vida. El consumo de azúcares y productos de reposterías debe reducirse. En todo caso pueden cambiarse por cuatro o cinco porciones de de fruta al día.

De Tobar recomienda fraccionar la alimentación en cinco pequeñas comidas al día, las cuales deberán ser saludables y nutritivas. Además, asegura, “por ningún motivo se recomienda saltarse tiempos de comida debido a que los adultos mayores, al igual que los niños, son vulnerables a la pérdida de peso y consecuente desnutrición si no ingieren una adecuada cantidad de nutrientes durante todo el día.

En su mayoría, explica, deberán ser preparaciones blandas, como purés, papillas, asegurándose de que sean muy balanceadas. Para el caso, un puré de vegetales deberá contener una porción de carbohidratos, como papa, arroz, yuca o tortilla, y una porción de vegetales, prefiriendo la zanahoria y el ayote por su aporte de vitaminas y minerales.

Como proteína lo mejor es la pechuga de pollo sin piel o pescado. “Todo deberá ir licuado o lo suficientemente blando, dependiendo de las características de cada persona”, agrega.

Dependiendo del estado de salud de cada persona y de las enfermedades de base, la recomendación general es evitar el consumo de café o tomar los que son a base de cereales como el café de soya, o café descafeinado. Esto debido a que la cafeína impide la absorción adecuada de calcio, hierro y zinc de los alimentos que ya de por si es insuficiente en esta etapa de la vida.

Por otra parte, “las bebidas alcohólicas deberán evitarse, sin embargo, se puede consumir vino una vez a la semana por su aporte de antioxidantes, recalcando que siempre es más saludable preferir el consumo de uvas frescas por encima del vino, porque este último contiene alcohol”, sugiere la especialista.

No obstante, lo ideal es consultar con su medico o nutricionista para que le brinde la adecuada orientación según cada caso particular.

Acompáñelos

Según la licenciada de Tobar, es muy importante no dejar solos a los adultos mayores, pues muchos se deprimen y eso afecta el apetito, la digestión, el nivel de energía, el peso y el bienestar.

“En el caso de los viudos, la soledad y los cambios en las actividades cotidianas, sobre todo las relacionadas con la adquisición de alimentos, su preparación y consumo son comunes”, explica.

El ejercicio también es importante en esta etapa de la vida, sin embargo, deberá individualizarse de acuerdo al estado de salud y condición física. En general se aconseja caminar, nadar, bailar o trotar; siempre y cuando el médico o profesional de salud no diga lo contrario.